Sólo cuatro goles y ni uno de un punta

Con la sombra de la ley concursal sobre su cabeza, el Recreativo comenzó la temporada apostando por un técnico novel, Pablo Alfaro. La idea fue arriesgada pues la única experiencia del ex sevillista en un banquillo fue una mitad de temporada en el Pontevedra. Metió al equipo en liguilla pero no pudo consumar el ascenso. De ahí hasta Huelva.

Sin embargo, el paso de las jornadas fue sumiendo al equipo en una situación delicada, primero en el terreno deportivo y segundo en el tema institucional, donde hace unos meses se hizo realidad el proceso concursal. El resultado, la destitución del aragonés, y una serie de acontecimientos extradeportivos que han concluido con la marcha del anterior consejo, nombramiento de uno nuevo y con el adiós de toda la cúpula deportiva, el director deportivo Alfonso Serrano y su ayudante, Pablo Longoria.

Todo este maremagnum desembocó en la llegada al banquillo del sanluqueño Carlos Ríos, hasta entonces en el filial, acompañado de Juan Merino, que hace funciones de segundo. Con el tándem en el banco, el Recre ha mejorado la imagen, ha logrado empatar ante Rayo y Celta, dos de los equipos llamados a pelear por el ascenso, pero aún no conoce la victoria, un síntoma claro de la grave situación que atraviesa el equipo.

Desde la llegada de Ríos, el Decano ha ganado en consistencia defensiva, sin embargo sufre para hacer goles. Hasta el momento, los onubenses sólo han sido capaces de hacer cuatro goles y ninguno de ellos los han hecho sus delanteros.

El entrenador sanluqueño ha alineado a dos puntas en sus anteriores envites y poco a poco recupera efectivos tras la plaga de lesiones que han afectado al plantel en el arranque de Liga. Jugadores como Kepa, Mora, Fidel, Raúl Cámara, Dani o Rafita han pasado por la enfermería en estos primeros meses, unas bajas que al equipo han pasado factura.

Ríos pretende un Recreativo agresivo, basado en la presión y en la contundencia, valores que hasta ahora ha sabido inculcar a los suyos, de ahí su peligrosidad. Venir de menos a más es síntoma claro de que el Decano es un rival incómodo y el menos indicado a día de hoy.

lo mejor

La línea de progresión que está llevando el equipo en las últimas semanas sobre todo tras el cambio de entrenador.

lo peor

La falta de gol preocupa y de qué manera al técnico. Sus puntas andan faltos de confianza y eso se ha transmitido al resto del equipo.