Toda la gente con Vicente
La tercera apuesta de Viqueira para el banquillo azulino cierra un círculo · Los dos que mandaban en el terreno de juego en el mejor Xerez de la historia son ahora los responsables técnicos fuera del campo
La suerte está echada. La tercera apuesta de Viqueira -no hay dos sin tres- para el banquillo azulino ha sido Vicente Moreno, curiosamente lo que muchos apuntaban el pasado verano cuando se anunciaba la contratación de Juan Merino como entrenador y que Moreno colgaba las botas para pasar a ser segundo del primero. Unos meses después, se cierra el círculo y los dos que mandaban hace poco en el terreno de juego, el capitán y su alter ego, ahora mandan en la parcela deportiva del club: director deportivo y entrenador del primer equipo.
Moreno es uno de los últimos cartuchos en el Xerez de un Viqueira al que le ha pasado lo mismo que a su predecesor, Miguel Ángel Rondán: ha pasado de recibir palmaditas en la espalda cuando era jugador a recibir puñaladas traperas tras colgar los borceguíes. No ha importado el limitado presupuesto para fichajes y que el club esté asfixiado económicamente con el concurso de acreedores: para evaluar su trabajo, ha primado la antipatía destilada por Javi López -con el que se estuvo peleando por el play-off hasta la última jornada- o que sus fichajes sean amigos suyos. Curiosamente, los que le echan en cara esta política de empresa son los primeros en ponerla en práctica...
Viqueira apostó en su primera temporada por Javi López, técnico de perfil bajo y con pasado en el Recreativo, como buena parte de los fichajes del director deportivo gallego. El catalán no caló en la afición -que Chapín cantase en el último partido de Liga pidiendo la dimisión del entrenador del equipo rival es sintomático- pese a que los resultados, en la temporada del descenso de Primera y en Ley Concursal, no fueron malos.
Sin feeling con la grada y el entorno, el adiós de López estaba cantado y la segunda apuesta de Viqueira fue su ex compañero Juan Merino después de que no hubiese acuerdo económico con el añorado Esteban Vigo, siempre encabezando la lista de preferencias de la afición. El acuerdo con el ex bético estaba pactado en primavera aunque no se hizo oficial hasta verano, cuando en la plantilla hubo un par de movimientos sintomáticos: el pase de Moreno al banquillo como segundo entrenador y el adiós de un referente como Antoñito, cuya marcha alguno aún no ha perdonado a Viqueira.
Pero el experimento con Merino tampoco funcionó: debutante en los banquillos, el linense tuvo la suerte de espaldas y los resultados estuvieron por debajo de los méritos del equipo, lo que desembocó en su destitución hace dos jornadas.
Y al igual que con Merino en primavera, Viqueira lo tenía claro: su elección era su pareja de baile en el centro del campo del mejor Xerez de la historia, el del ascenso y el de Primera División: Vicente Moreno, el espigado valenciano descubierto por Miguel Ángel Rondán en el Guadix y fichado por Luis Oliver, que también trajo al entonces prometedor Viqueira.
Moreno, hasta hace muy poco compañero de los que ahora son sus subordinados, se estrenó con derrota en Villarreal pero debutó en Chapín con cómodo triunfo... ante el Cartagena de Javi López. La endeblez del colista no ha sido óbice para que Viqueira apueste por la continuidad del valenciano, que tiene ante sí no un marrón -que sería para el que le da la alternativa- sino la oportunidad de su vida: estrenarse como entrenador en Segunda A. Igual que Merino. Sólo falta que tenga más suerte; por lo pronto, ya ha ganado los mismos partidos en Chapín que su antecesor.
Moreno es amigo y ha sido compañero de Viqueira en mil batallas azulinas dentro y fuera de los terrenos de juego. Ahora se cierra el círculo y los que eran los jefes del vestuario ahora son los jefes del Xerez deportivamente hablando. Viqueira sabe que se la juega con Moreno y Moreno sabe que se la juega con el Xerez, y todos saben que el que se la juega de verdad es el Deportivo, en la situación más delicada de las últimas temporadas incluyendo el año de Primera, porque no es lo mismo bajar a Segunda A que descender a Segunda B...
Ahora toca apoyar a Moreno, porque su suerte va a ser la del Xerez. Por lo pronto, con el valenciano llegan aires nuevos al vestuario y estaba claro que algo había que hacer para romper una dinámica muy peligrosa. Con el equipo a dos puntos del descenso, el relevo ha propiciado un atisbo de reacción que hay que confirmar en una cuesta de enero empinada para los azulinos. El reto es complicado, pero no imposible...
De eso se trata, de enderezar el rumbo. Año nuevo, vida nueva. De eso sabe mucho Moreno: hace un año peleaba por tener minutos en el terreno de juego y ahora es el que decide quién juega y quién no, cómo y cuándo. Su tarea es tocar la fibra sensible de algún jugador algo desenchufado con Merino pero los primeros pasos están encaminados: cuenta con el respaldo del vestuario y de la grada, algo fundamental. Él lo ha vivido a ras de hierba y sabe que sin la complicidad de unos y de otros poco se puede andar. Toca apretar para que el año nuevo y la vida nueva sean lo que todos esperamos, algo mejor que el 2011 que se nos fue. A trabajar.
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