Viqueira sigue siendo mágico

Ver jugar a Emilio Viqueira es hoy por hoy una gozada. Al gallego no le hace falta demasiado para levantar al público de sus asientos, sólo con un leve movimiento de tobillo en una situación delicada sale de un embrollo y acaba por encontrar los aplausos del público. Algunos detestan su sangre fría pero otros vibran con cada pase del mediocentro, a años luz de la gran mayoría de medioscentros de la categoría. Ve el fútbol mucho antes que el resto y antes de recibir el balón ya sabe dónde está el compañero al que va a pasar.

A toda esa faceta, sobradamente conocida por el xerecismo, se ha unido ahora un espíritu de sacrificio que contribuye al buen funcionamiento colectivo del equipo.

El de ayer no fue un encuentro excesivamente brillante por parte del gallego, si bien ni mucho menos fue malo, ya que como siempre, algún que otro destello de calidad salió de sus botas. La categoría sabe de la genialidad del centrocampista azulino, al menos con espacios y en Chapín, y ayer Claudio (mejor que nadie porque coincidió con él en el Deportivo de la Coruña) le vigiló muy de cerca. La enmienda se la encargó a dos de sus hombres más trabajadores, el argentino Cobo y el manchego Usero, quienes gran parte del partido estuvieron siguiendo de cerca al ex deportivista.

El Elche sabía que el epicentro del fútbol del Xerez sale de las botas de Viquiera, de ahí que en los primeros minutos aumentó la presión sobre el organizador azulino. La presión, y el hecho de que el césped estuviese húmedo por la lluvia caída minutos antes del partido, impidió que más de un pase del volante llegase a buen puerto (Minuto 11 a Pedro Ríos), pues al botar, el esférico salía despedido con una velocidad inalcanzable para Ríos y Momo.

Hasta pasada la media hora, su nivel de participación en el juego fue escaso llegando a realizar más trabajo defensivo que otra cosa. En esta faceta hay que destacar un robo de balón providencial a Dani en el minuto 20, ya que de no haber interceptado el pase, el trianero se hubiese quedado solo ante Chema.

En el minuto 35, el gallego probó fortuna de libre directo. Algo lejano para su estilo, su lanzamiento, no obstante, se marchó a la derecha de Caballero.

Cinco minutos más tarde, Viqueira dio el pase a Bermejo que significaría el penalti del 2-1.

Su detalle más genial llegaría en la segunda parte, con un pase medido a Momo que quiso batir a de vaselina a Caballero pero su lanzamiento se fue alto.

Con el cambio de Antoñito, a los veinte minutos del segundo periodo, el azulino pasó a la mediapunta. Agotado del gran trabajo en mediocampo, Esteban optó por sustituirlo en el minuto 79, dando entrada al argentino Brian Sarmiento.