XEREZ deportivo

Siete días de trabajo en noventa minutos de partido

  • El cuerpo técnico azulino tiene planificada y prevista al detalle la metodología de entrenamientos y preparación de los encuentros

Muchos aficionados pueden creer que la labor de un entrenador del Xerez es echar las mañanas en Chapín y escoger los once que jueguen el domingo. Ojalá, pensarán Vicente Moreno y sus antecesores en el cargo. Nada más lejos de la realidad: en el competitivo fútbol profesional de hoy, en el que no se deja nada al azar, los entrenadores tratan de controlar todos los detalles que puedan ayudar a ganar un partido, desde los entrenamientos y cuidado de la plantilla hasta el seguimiento de rivales y estudio de los árbitros. Lo que se pueda controlar, se intenta controlar.

Y el Xerez no es menos que los demás equipos de la categoría: el cuerpo técnico azulino trata de mimar a los futbolistas azulinos para que el día del partido estén en las mejores condiciones posibles al tiempo que disecciona al rival para tratar de minimizar sus virtudes y descubrir sus carencias para encontrar el modo de atacarle.

Es una semana de trabajo enfocada a noventa minutos, siete días de entrenamiento que luego dependen de factores que no se pueden controlar: el arbitraje, el campo, que tu equipo tenga un buen día, que el contrario no… Esto es un juego, no lo olviden.

A continuación se esbozan las líneas maestras de lo que es una semana de trabajo en el Xerez Deportivo: lógicamente y como cada maestrillo tiene su librillo, la planificación y metodología depende del entrenador en cuestión, en este caso Vicente Moreno. En estas líneas se pretende acercar al aficionado lo que sería una semana habitual de trabajo en el club azulino.

La semana empieza justo cuando acaba el partido, y es que hay que procesar y analizar el choque disputado ya que lo habitual en el primer entrenamiento de la semana del Deportivo es ver un vídeo de corta duración de lo que se ha hecho bien, para reforzar la idea y el trabajo, y de lo que ha salido mal, para corregir. Para ello hay que elaborar este vídeo, de unos ocho minutos de duración, la noche después de jugar ya que el Xerez ha tenido por tónica esta temporada con Moreno entrenar el día después de jugar para favorecer la recuperación y descansar el siguiente.

Por tanto, el primer día de la semana es de sesión de vídeo para analizar errores y aciertos y entrenamiento de recuperación para los que han jugado el día anterior y de compensación para los que no. También se analizan los datos que proporciona Mediacoach del partido del Xerez: distancias recorridas, distancias entre líneas, posesión... todos los datos estadísticos del partido.

Tras un día de descanso, comienza la preparación específica dirigida al rival del próximo partido. Para ello, Moreno y su equipo ya han analizado al rival; a finales de la semana anterior se recibe la información del contrario y se procesa para preparar el enfrentamiento. Se reciben de tres a cinco partidos del contrario y uno de ellos ya cortado con las jugadas de referencia. Como mínimo, siempre se analiza el último encuentro disputado por el rival y si el partido va a ser en Chapín, los dos últimos que ha jugado como visitante; si el partido va a ser fuera, los dos últimos como local.

Si el cuerpo técnico entiende que los partidos recibidos no son buena referencia por los rivales, el campo u otras circunstancias, se buscan partidos concretos contra otros equipos de características similares a las del Xerez ya sea específicamente en ataque o en defensa, según interese para desvelar la táctica y forma de jugar del rival al que se va a enfrentar el Deportivo.

Con la idea de qué es lo que se quiere hacer en ataque para hacer daño al próximo rival y en defensa para frenarlo, miércoles y jueves suelen ser días en los que se trabaja esta táctica, con el miércoles con más carga de trabajo físico y el jueves más centrado en la técnica y en la táctica. De la parcela física se ocupa Enrique Romero y Manolo Oliva de la preparación de los porteros.

Los viernes se hace trabajo de recuperación, suele ser una sesión más tranquila y en la que se hace el trabajo a balón parado, tanto el propio como el del rival. Para ello, el entrenamiento suele comenzar con una sesión de vídeo corta, de unos cuatro minutos: se analizan las jugadas de estrategia del rival y las propias, señales y movimientos, y luego se ensayan en el campo de entrenamiento. Al acabar, la habitual rueda de prensa del entrenador previa a los partidos.

Los sábados es el día de la activación: el futbolista hace más o menos trabajo específico o general en función de lo que necesita para estar al cien por cien al día siguiente en el partido y se acaba de pulir la táctica a utilizar en el encuentro. Es el día que se da a conocer la lista de convocados.

La jornada del domingo o día del partido arranca con otra sesión de vídeo en la que se muestran las principales características ofensivas y defensivas del rival: cómo se defiende para saber cómo hay que atacarlo y cómo ataca para saber cómo hay que defenderlo. Suele durar entre ocho y diez minutos y al tiempo que los futbolistas ven el vídeo el entrenador da la charla táctica en la que se establecen las consignas a seguir en el partido.

Los futbolistas conocen la alineación hora y cuarto antes del partido, ya en el vestuaario. Hay entrenadores que dan el once el día antes, otros en la charla táctica de por la mañana. Moreno lo hace así "para mantener la tensión y la atención". Como todo, tiene sus excepciones: si hay algo especialmente preparado, a ese jugador se le puede avisar antes de que va a jugar para que esté listo; también depende del futbolista: hay quien necesita saberlo antes para activarse de forma especial y quien no.

En el vestuario, el cuerpo técnico ha 'decorado' las paredes con folios con las jugadas a balón parado y las señales, tanto del Xerez como del rival. Mientras que los futbolistas se visten, hay tiempo de acercarse uno a uno a reforzar las ideas y consignas a poner en práctica en el partido: si hay que redundar o recordar ideas a nivel grupal, cuatro o cinco puntos básicos se refuerzan en un par de minutos con todos los futbolistas ya de corto. Como en todo lo demás, depende del partido: hay rivales que exigen motivación y otros que no.

El trabajo teórico y de campo queda atrás: toca salir y ponerlo en práctica en el partido. Siete días trabajando para noventa minutos a cara o cruz…

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