Otra ocasión al limbo

El caso de los jugadores formados en filiales importantes es muy particular. Muchos de ellos despuntan desde temprana ahora, pero después les cuesta acostumbrarse a la vida profesional cuando ya tienen que olvidar el sueño de militar en el primer equipo.

A Rueda se le escapó la opción de prosperar en el Barcelona y tras tener que buscarse las habichuelas en campeonatos menores, el Xerez le dio la ocasión de reengancharse a la elite. Su rendimiento ha ido de más a menos y en partidos como el de ayer se ve que es un jugador que todavía tiene que definirse. Es innegable que tiene condiciones para ser un futbolista interesante, pero es frío en muchos momentos y eso le costó quedarse en el banquillo en el descanso.

Como se dice ahora, el jugador xerecista se lo tiene que hacer mirar porque corre el peligro de volver a salir del circuito en el que se juega el profesionalismo. Haciendo un balance de la presente temporada, se puede decir que ha decepcionado. Aún le queda contrato con el Xerez y tiene la opción de reconquistar al personal, pero si en un momento de la temporada tuvo la excusa de que las lesiones no le respetaron, en este caso hay que hablar de un rendimiento que deja que desear por razones meramente futbolísticas.

En el Villarreal B juega un tal Moisés Gómez, Moi en el mundillo, que puede dar mucho que hablar. Ayer destacó sobre todo en el inicio de ambas partes, demostrando tener mucha calidad y desborde para hacer daño en la mediapunta y también partiendo de las bandas. Justo las virtudes que se le han visto a Rueda en algunos momentos fugaces de su primeros partidos de azulino.

Moi aún es muy joven, sólo tiene 17 años, y tiene pinta de que puede llegar lejos en ese proyecto de fútbol creado con el dinero de Roig, que aparte de tener mucho dinero, atesora también buen gusto y se pone en manos de profesionales para que su cantera crezca a lo alto y no a la ancho.

Rueda también es joven, tiene 24 años ahora, pero debe apretar para que sus innegables cualidades rompan en algo más útil de lo visto hasta el momento. O quizá es que aún no le han dado continuidad en el sitio donde realmente puede destacar. Se le ha visto de segundo punta, de mediocentro que se desengancha y de pivote defensivo. Incluso cayendo a la banda. Y en todos esos puestos sólo ha ofrecido detalles interesantes. Muy poco.

Moi Gómez tampoco acabó el partido. Fue cambiado en el inicio de la segunda mitad y su equipo no lo echó de menos porque el marcador ya le sonreía y bastó con tener tablas y aguantar las acometidas del equipo local para terminar llevándose el triunfo de Chapín. En cualquier caso, con la que le ha caído encima al Villarreal con el descenso del primer equipo, jugadores como Moi tienen mucho que decir en un futuro a corto plazo del equipo castellonense. También hay muchas esperanzas puestas en Rueda, que debe dar un golpe sobre la mesa y demostrar lo que se le supone.