Decía el novelista Maurice Maeterlinck que el pasado siempre está presente. Cierto, porque a muchos jugadores del Xerez la proximidad del encuentro ante el Athletic Club, o mejor dicho, enfrentarse a Caparrós supondrá reencontrarse con su pasado. Y es que cinco futbolistas de la primera plantilla han pasado por las manos, de una manera u otra, del entrenador utrerano. Antoñito, Redondo, David Prieto, Míchel y Abel, todos ex sevillistas, han estado bajo las órdenes del técnico, por eso le conocen bien y saben relatan algunas de las claves para ganar a los leones.

Uno de los que ha tenido más apego es Antoñito. Al delantero, que estuvo cuatro años con él, lo hizo debutar "en Segunda y en Primera", y lo considera "mi padre futbolístico". El sevillano reconoce que "mi relación con él es buena, hablamos muchas veces" y no duda en admitir que "le estoy muy agradecido".

El Romario del Polígono considera que sus equipos "juegan con mucha intensidad, habrá que estar atentos a las segundas jugadas. Joaquín es un entrenador motivante, psicológicamente trabaja muy bien, y tiene a todo el mundo expectante, tanto los que juegan como los que no. Sabe sacar el máximo provecho a cada jugador, los exprime al máximo".

De Redondo, Caparrós habla maravillas e incluso ha llegado a reconocer, como en el caso de Antoñito, que ojalá tuvieran antepasados vascos para poder contar con ellos. El lateral sólo tiene elogios para el técnico. "Cuando una persona está tanto tiempo en la elite se ve que es buen entrenador. Yo tuve la suerte de debutar con él en Primera División y en el Sevilla", señala.

Para el azulino, Joaquín "es un entrenador peculiar pero que a mí me enseñó muchísimo. Además, en los momentos difíciles se podía hablar con él. Me hace mucha ilusión enfrentarme a él este domingo".

Además, Redondo avisa del potencial de sus equipos. "Están bien trabajados tácticamente. El Athletic no es el típico equipo que juega siempre por arriba, tiene jugadores de calidad. Además, el míster tiene una amplia gama de jugadas y estrategias a las que le saca provecho".

Con Míchel coincidió en el Sevilla con el que "conseguimos ascender a Primera. De él tengo un recuerdo muy bonito porque teníamos la obligación de ascender y lo logramos. Mi relación y el trabajo con él fue muy positiva, la prueba está en que cuando nos hemos encontrado por ahí hemos estado mucho tiempo hablando. La verdad es que le recuerdo con gran cariño".

El ariete cree que para ganar "hay que intentar meterse en la pelea con ellos porque como les dejes lo vamos a pasar mal. Hay que ser igual de agresivos".

David Prieto fue otro al que hizo debutar, "confió mucho en mí y me dio su oportunidad. Eso te suele marcar mucho. Luego he perdido el contacto porque a la temporada siguiente se marchó del Sevilla".

El central xerecista entiende que para superar a los equipos del utrerano habrá que "pelear con la misma garra y la misma fuerza que ellos. Joaquín les aprieta mucho y eso se nota. Él siempre intenta tener al equipo muy metido y enchufado y si a eso le añades que el Athletic basa su fútbol en el ímpetu le hacen ser un rival complicado".

El caso de Abel es diferente. El centrocampista estaba en el filial cuando Caparrós entrenaba al Sevilla. "Con él estuve algunos partidos, me llamaba asiduamente a entrenar y a jugar algunos amistosos". Para el mediocentro, el técnico "aprieta mucho, es muy exigente y mete mucha intensidad a los entrenamientos. Además, sus equipos también juegan al fútbol, lo del balón largo es un recurso, pero no juegan siempre así".