Una tarde de lo más plácida

Leandro no pasa apuros para amargar la tarde a Manucho, un delantero que protagoniza momentos esperpénticos · La rodilla del argentino no dio más sustos

Francisco José Jiménez / Jerez

29 de marzo 2010 - 05:02

Pocos partidos tan plácidos tendrá la defensa xerecista de aquí al final de la temporada. Un Valladolid cadavérico pasó por Chapín y fue una víctima fácil para un equipo que se lo empieza a creer y que, además, le está sonriendo la fortuna en determinados momentos, un factor que es un buen compañero de viaje para cualquiera.

Por eso el de ayer fue un choque bastante tranquilo para los zagueros azulinos. Casi no tienen ni que ducharse al término del partido y sólo se les puede achacar a los dos centrales el error de permitir a Manucho quedarse solo delante de Renan en la segunda mitad. Pero no fue el día del angoleño. O quizá es que no se trata de un delantero al nivel de lo que se pide en Primera, por más que haya pasado por el Manchester United antes de recalar en el club pucelano.

Por su apariencia impresiona. Se de trata de casi dos metros de delantero con muy buena planta, pero después, ya metidos en manteca, no asusta tanto. Leandro se le adelantó en muchas ocasiones y las veces en que su marcaje recayó en Aythami tampoco pudo demostrar nada. Un jugador que dice a su llegada que su objetivo es marcar "entre 30 y 40 goles" ya queda retratado de por vida.

Leandro fue duda durante la semana por unas molestias en la rodilla, pero pudo completar el encuentro sin aparente dificultad. El mejor momento del equipo está coincidiendo con el mejor momento del argentino, que ha superado la imagen ofrecida en algunas fases de la temporada, en las que se mostraba muy inseguro y algo blando. Será porque ahora está en mejor forma o porque el funcionamiento colectivo es mejor, pero en la actualidad se muestra como un defensa expeditivo que transmite confianza. Será que ahora se siente importante, toda vez que Gorosito ha apostado definitivamente por él y por Aythami, pasando David Prieto a un ostracismo difícil de comprender.

En el primer periodo tuvo que emplearse a fondo con el fornido atacante del Valladolid, que recuerda al Makukula de hace varias temporadas. Pero es sólo eso, una imagen vaga que no termina de plasmarse en nada realmente útil para su equipo. Fijó a los centrales en el primer tiempo, eso sí, pero se fue diluyendo y cuando tuvo la ocasión de redimirse mostró una preocupante falta de calidad.

Fue, realmente, el más claro ejemplo de cómo está el Valladolid. En apariencia, un equipo con algunos nombres y con experiencia en Primera, pero que ahora parece estar condenado a sufrir. La baja de Diego Costa se nota mucho porque él sí es un jugador con capacidad para crearse ocasiones por sí mismo. Manucho protagonizó algunas acciones esperpénticas, aunque hay que pensar que se trata sólo de un mal día de este futbolista. Una mala tarde la tiene cualquiera...

Mientras, bien haría el Xerez en preguntar la situación de Leandro porque su concurso podría ser interesante la próxima campaña, sea en la categoría que sea. Puede ser que Independiente esté por la labor de seguir cediendo a un jugador que va de menos a más.

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