Xerez DFC-Lora

El Xerez DFC se atasca en casa (0-1)

  • El cuadro de Pendín asume el peso del partido pero vuelve a caer en Chapín con un arbitraje polémico El Lora se lleva el botín con un gol en el 92' al aprovechar un fallo de la defensa

El Xerez Deportivo FC se atasca en Chapín. El cuadro azulino encadenó ayer ante el Lora (0-1) su segunda derrota consecutiva en casa y el Municipal ha dejado de ser ese campo inexpugnable de temporadas anteriores. Los xerecistas han disputado cinco partidos como locales, sólo han ganado uno (Almodóvar), han perdido dos (Olímpica y el de ayer) y han empatado otros dos (San José y Viso). Algo no funciona y Dani Pendín no termina de dar con la tecla. El equipo siempre crea oportunidades, lleva el peso del partido, manda pero no resuelve y le hacen demasiado daño cada vez que le crean peligro. La derrota de anoche fue tan injusta como dolorosa con un gol en el descuento de los que pasan factura a nivel psicológico.

El Xerez DFC llegaba a la cita con la intención de refrendar el buen resultado cosechado el pasado domingo en Chiclana con otro triunfo que dejase buen sabor de boca en los aficionados, les hiciera olvidar el revés ante la Olímpica y le diera otro color a su clasificación pero no pudo ser por errores propios y externos. La afición terminó incrédula, enojada con el árbitro y aplaudiendo al equipo por su generoso esfuerzo. Y es que si el partido hubiese terminado por un marcador holgado y favorable a los locales a nadie le hubiese sorprendido ni mucho menos.

El árbitro también se autoinvitó a la fiesta y terminó de amargar la lluviosa tarde a los xerecistas, al no dar por válido un gol de Cuenca (71') que traspasó la línea pero que ni él ni sus asistentes quisieron ver y a pasar de puntillas en dos jugadas más que polémicas, la primera con caída dentro del área de Enrique Rivas (56') y otra de Javi Tamayo (64').

Pendín, de salida, quiso apostar por el mismo once titular de Chiclana, su equipo entró al partido con muchas ganas de dominar, intentando proponer en todo momento pero sin suerte a la hora de finalizar el ataque frente a un Lora cómodo y seguro atrás, intentando presionar la salida de balón y encomendado a una contra para poder sorprender.

En una primera parte con poquito fútbol, mucha lluvia y un terreno de juego en malas condiciones, apenas hubo oportunidades en una y otra portería.

La primera ocasión clara parara el Xerez DFC fue doble. Al cuarto de hora, un potente y colocado remate de cabeza de Adri Domínguez lo repelió Adrián con un paradón, el rechace le cayó a Javi Tamayo y el tiro del ariete otra vez lo sacó el guardameta del cuadro hispalense.

Los azulinos eran dueños del balón pero no encontraban la fórmula de superar el entramado defensivo visitante. Le faltaba chispa para adelantarse a las acciones a sus rivales.

El cronómetro avanzaba lento y hasta el minuto 26, Barba no animó nuevamente a la grada con un tiro desviado tras una larga jugada de ataque. Poco después, superada la media hora, una falta lateral botada por Orihuela no encontró rematador y la pelota se paseó por el área.

La última acción destacable del primer tiempo fue para Tamayo, que volvió a rematar fuera un balón de Jesús Muñoz desde la derecha en ese momento, ya que intercambió su posición con Olmo en bastantes fases del juego. Con empate a cero y dudas dentro del campo y en la grada se fue el choque al descanso.

Pendín aprovechó el intermedio para realizar un doble cambio y variar el sistema. Sacó del campo a los dos bandas, Jesús Muñoz y Enrique Olmo, para dar entrada a Carlos Cuenca y Copero, se quedó con tres centrales, Borja, Enrique Rivas y Adri Domínguez, reforzó el centro del campo para tener más profundidad y aumentó sus efectivos en ataque para que Tamayo estuviese más acompañado.

La propuesta le fue bien de salida, ya que cuando aún no se había cumplido el primer minuto de juego, Adrián se lució con un paradón a un remate de cabeza de Barba tras buen centro de Cuenca. Justo después, fue Borja el que no encontró portería con un potente cabezazo tras un saque de esquina lanzado por Orihuela.

El Xerez DFC había arrancando mucho más enchufado, eran sus mejores minutos y la grada apretaba ante un rival que descaradamente ya casi renunciaba al ataque. En el minuto 52, otra vez Adrián tuvo trabajo extra y salió valiente a los pies de Tamayo para tapar un balón que acabó mandando a saque de esquina Piti y en el 56, tanto la grada como los jugadores reclamaron penalti sobre Enrique Rivas.

El Lora tuvo sus minutos de protagonismo en Chapín entre los minutos 58 y 60 con una triple acción en ataque. Una falta de Rivas en la frontal del área la estrelló Isidoro en la barrera y el balón se marchó a saque de esquina. El córner lo remató de cabeza Juan y Villegas se lució para mandar el balón otra vez a saque de esquina. Chico, con todo a favor, mandó el lanzamiento de Bladi fuera.

Tras ese susto, una nueva acción polémica en el área sevillana. Javi Tamayo cae junto a un defensa y el colegiado se desentiende de la acción (64').

Los primeros síntomas de que hacer gol no iba a ser fácil comenzaban a aparecer y también las primeras imprecisiones en un bloque que ya jugaba más con el corazón que con la cabeza.

A base de garra y empuje, un centro de Biri lo mandó alto Tamayo (69') y en el 71 llega la acción más conflictiva del encuentro. Un tiro de Cuenca casi bajo palos lo saca Juan desde dentro de la portería -el balón pega en el larguero y sale despedido- y ante la desesperación de los xerecistas, el árbitro deja seguir la acción y no concede el tanto.

Esa jugada hizo daño a los de Pendín, que lo siguieron intentando pero ya con menos convicción que hasta ese instante.

En el 73, otra vez Cuenca lo intentó y en el 88, Isidro puso el corazón en un puño a la grada con un tiro que estrelló en el lateral de la red cuando ya se encontraba ante Villegas.

Fue un aviso de lo que sucedería en el tiempo de descuento. Chico fue listo ante Borja y le puso una pelota de oro a Isidro, que no se puso nervioso para marcar el 0-1 en el minuto 92. Fue un final inmerecido e injusto. El equipo que perdonó terminó perdiendo. La afición, en esta oportunidad, aparcó la bronca y despidió al equipo con aplausos y gritos de ánimo reconociéndole el gran esfuerzo realizado.

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