El delantero Álex Rubio se encuentra a prueba en el Xerez Deportivo FC. El ariete (23/7/93, San Fernando) está sin equipo tras finalizar su contrato el pasado mes de junio con el Linares, conjunto con el que disputó la fase de ascenso a Segunda División B y que se quedó a un paso de la gloria.

Rubio ha entrenado en la mañana de este sábado en La Granja con los azulinos y trabajará varios días más a las órdenes de Andrés García Tébar para intentar convencer a un técnico que necesita reforzar su plantilla con un par de futbolistas de ataque.

El punta se formó en la cantera del Sevilla, a la que perteneció durante doce años, debutó en Primera División con el equipo blanco (12/13) de la mano de Míchel y una vez finalizada su etapa en Nervión se marchó al Omonia Nikosia de la Primera División de Chipre, escuadra con la que participó en la Europa League (14/15) con Miguel Ángel Lotina en el banquillo.

La campaña 15/16 la comenzó en el Alcoyano del Grupo III de la Segunda B, para marcharse en el mercado de invierno al Universidad Católica de Murcia, campeón del Grupo IV, con el que logró el salto de categoría.

Después recaló en la Balona (16/17) con el jerezano Manolo Ruiz como técnico. Se marchó al final de temporada al Badajoz después de no renovar pese al al rendimiento que ofreció en el combinado albinegro y el pasado curso lo inició en el Cacereño y lo finalizó en el Linares.

Se trata de un futbolista totalmente diferente a los que los xerecistas tienen ahora mismo en su nómina, ya que es un 9 puro. Es alto (1,85), fuerte, domina el juego de espaldas, tiene desborde, es vertical y posee gol.

De convencer a los técnicos, el isleño se convertiría en uno de los dos jugadores ofensivos que necesita el plantel xerecista para cubrir las vacantes que dejaron tanto Adrián Gallardo, que se marchó al Europa de Gibraltar, y Javi Tamayo, que cumplía contrato y no fue renovado. El jerezano al final fichó por el Conil.

Al margen de la llegada de dos atacantes, el Xerez DFC no cierra la puerta a la incorporación de más jugadores siempre y cuando superen el nivel de los canteranos y de los que en estos momentos configuran el bloque y se ajusten a los parámetros económicos de la entidad.

El club azulino no quiere precipitarse, tiene fichas libres para jugadores mayores de 23 años y su intención es la de esperar hasta última hora para aprovechar algún descarte que se pueda producir en Segunda B.