Jerez será hoy 31 de diciembre escenario de las campanadas de fin de año que Canal Sur emitirá para toda Andalucía. La ciudad se prepara para vestir sus mejores galas y mostrar a toda la comunidad sus virtudes en una cita que se hará por primera vez en territorio jerezano y que contará con un dispositivo especial para su celebración. 

El centro volverá a ser epicentro de esta celebración, que a buen seguro invitará a muchos jerezanos a pasar estas primeras horas del nuevo año en esta zona de la ciudad. De hecho, el Ayuntamiento ha programado una serie de actividades en torno a ello, además de instalar varias pantallas en las plazas aledañas para que los ciudadanos que así lo quieran, puedan seguir las campanadas en directo sin perderse ningún detalle.

La única novedad a este respecto es la ubicación, pues Canal Sur ha elegido la calle Consistorio, donde se encuentra el reloj del Cabildo, para llevar a cabo las campanadas. Dicho enclave contrasta con la tradición histórica de Jerez en este aspecto, pues desde hace años y de forma mayoritaria, el lugar elegido por los distintos gobiernos municipales para celebrar la entrada del nuevo año ha sido la Plaza del Arenal.

La céntrica plaza, no obstante, no ha sido siempre protagonista pues en algunos años los gobernantes de antaño intentaron buscar otros espacios alternativos sin lograr el éxito esperado. 

Así, sobre todo en los primeros años del siglo XXI, se probó en otras ubicaciones como el Parque González Hontoria y la Alameda Vieja, opciones que nunca terminaron de cuajar, por lo que se volvió a la céntrica Plaza del Arenal.

Adiós al cotillón

Pero si ha habido algo que ha cambiado en la Nochevieja de estos últimos años ha sido el concepto que se tiene de la misma. Así, en cuestión de años han desaparecido por completo aquellos cotillones que alcanzaron su máximo esplendor a finales de los noventa y durante los primeros años del dos mil.

Su objetivo no era otro que las nuevas generaciones, que encontraban en este tipo de celebraciones un motivo ideal para pasar el fin de año, principalmente por aquello de la barra libre.

Una imagen de uno de los cotillones del año 2000.

Entonces, se pagaban por las entradas entre 5.000 y 7.000 pesetas, un precio que si lo adaptamos a los tiempos de hoy eran especialmente asequibles (entonces no tanto). 

La realidad es que este movimiento se prolongó durante casi una década. Carteles de cotillones podían verse por todos los puntos de la ciudad, y en algunos casos, las entradas se cotizaban al alza. Llegó a haber años incluso con reventas para poder acudir a algunos de los cotillones de moda.

Sin embargo, aquella proliferación provocó algún que otro problema para el Ayuntamiento, merced a las denuncias que muchos de ellos tuvieron por irregularidades. Esta situación hizo incluso que desde Urbanismo se hiciese un control exhaustivo a muchos de ellos, llegando incluso a solicitar cuantiosas pólizas de seguros previas para concederle la licencia.

Celebración de las campanadas en el González Hontoria en 2005.

No fue ésta una opción exclusivamente destinada al público más joven, sino que también caló bastante bien en otras edades, si bien es cierto que este tipo de cotillones ofertaban también la pertinente cena de Nochevieja, sobre todo en muchos hoteles, que ofrecían el pack completo con noche de hotel incluida.

A finales de la década del dos mil, este modelo fue cayendo en desuso, imponiéndose a partir de entonces la opción actual, la de pasar el fin de año de bar en bar o en las distintas discotecas con las que cuenta la ciudad. 

En 2009, concretamente, apenas se concedieron 3 licencias para fiestas de fin de año, lo que suponía un descenso del 80% con respecto a 2001, cuando se registraron, según los datos de Urbanismo, 25.

Una imagen de archivo de una fiesta de año nuevo en la Plaza del Arenal.

Hoy día este modelo de discoteca se sigue manteniendo pues según confirman desde el Ayuntamiento, en este 2023 tan sólo hay prevista una licencia extraordinaria para una fiesta de Nochevieja, la que organiza Puro Jerez en el Bodegón La Plazuela de la Plaza del Cubo.

Hay también algunos negocios que han preferido, en lugar de abrir las puertas al público como de costumbre, organizar una fiesta de fin de año con aforo reducido, como el caso del Pub Jazz Club de la calle Chapinería, que por cierto ha agotado las entradas.

Lo normal es que las nuevas generaciones cimentan el divertimento de esta noche en tomarse copas en pubs o bares y acabar en alguna que otra discoteca atractiva, que estos días ofrecen también actuaciones en directo de algunos grupos o Djs potentes.