Las esperanzas de la familia Carribero de poder operar al pequeño Marcos de la válvula que tiene en la cabeza se han esfumado. El pasado viernes volaron hacia Boston para que el neurocirujano Benjamín Warf evaluara la intervención para retirar la válvula que el pequeño tiene en la cabeza y que le llega al estómago. Tras varios días haciéndole diferentes pruebas, el doctor comunicó ayer a la familia que la operación no es viable.

Juan Carribero informó desde el hospital norteamericano que "la resonancia magnética ha confirmado que la válvula que tiene Marcos no se puede quitar porque no se debe a una obstrucción". Según cuenta la familia "la hidrocefalia de Marcos se debe a falta de oxígeno en el cerebro que le produjo pérdida de masa cerebral teniendo por tanto más espacio para que circule el líquido cefalorraquídeo. El doctor Benjamín Warf tenía la esperanza de que la hidrocefalia se debiera a una obstrucción porque si fuera así, sí se podía corregir con cirugía". Al conocer los resultados médicos, el facultativo del Children's Hospital de Boston confirmó a la familia que Marcos "deberá tener la válvula para toda su vida. Nos han aconsejado no cambiarla puesto que la que tiene está funcionando e intervenirle para ponerle una más moderna podría suponer un riesgo de infección. Teniendo en cuenta el cuadro cardíaco que tiene, la salud de Marcos empeoraría".

Así las cosas, el pequeño jerezano se quedará ingresado unos días en el hospital hasta que se recupere de las pruebas. "Nosotros tenemos que conformarnos con el dictamen de los médicos, ya que si hubiera otra solución aquí lo habrían conseguido. Confiamos en este hospital porque fue donde le dieron la vida a mi hijo", declaró ayer el padre. El siguiente paso de esta familia será el 23 de octubre cuando el doctor Ángel Villamor, director de la Unidad de Traumatología y Recuperación Avanzada del hospital USP San José de Madrid, tenga la primera consulta con Marcos para un problema de rodilla.