El hospital da más de mil menús al día con un gasto de dos millones anuales

"La atención médica puede ser la mejor, el servicio de Enfermería insuperable y el tratamiento el más moderno, pero lo que la mayoría de los pacientes recuerda del hospital es la comida". Esta frase del año 1.932 extraída de una revista médica fue recuperada ayer por el gerente del hospital de Jerez, Manuel Herrera, como ejemplo de la importancia que los aspectos relacionados con la hostelería tienen en un centro sanitario. Fue también el preámbulo de la presentación de las XXII Jornadas nacionales sobre 'Innovaciones tecnológicas en hostelería hospitalaria", que se celebran del 18 al 20 de este mes en los Museos de la Atalaya, organizadas por el hospital, en colaboración con la Asociación Nacional de Gobernantas y el CEEI Bahía de Cádiz.

En el servicio de cocina del hospital del SAS de Jerez trabajan 127 profesionales, que dan diariamente más de mil comidas, con un gasto anual en alimentos cercano a los dos millones de euros. "Estas cifras dan idea de la importancia que para nosotros tiene todo lo que es la atención hotelera. Cuando un usuario viene al hospital es para cuidar su salud pero cuanto más agradable sea su estancia mucho mejor. Nuestra preocupación máxima es que perciban calidad en todo, más allá de la atención puramente sanitaria", afirmó el director económico del centro, Fernando Gilabert. El hospital permite elegir desde hace años entre varios menús siempre que el paciente no esté sujeto a una dieta terapéutica estipulada por el facultativo. "Cuando hablamos de comida es difícil conseguir la máxima satisfacción porque una cosa es lo que al paciente se le apetece y otra, lo que le ponen por delante, que sea compatible con su patología, pero aún así doy fe de que aquí se come bien", apostilló el gerente del hospital.

La hostelería de los hospitales ha procurado siempre, según explicó la responsable de este área, Catalina Jiménez, estar al día de todas las innovaciones tecnológicas que salen en el mercado, entre ellas, la cadena fría, implantada ya en algunos hospitales del País Vasco y Cataluña y que permite la refrigeración de la comida ya cocinada, sin que pierda calidad ni sabor. "Nosotros ahora mismo por la mañana cocinamos para el mediodía y por la tarde para la noche. Con la línea fría no se cocina de hoy para hoy y la comida se calienta cuando hace falta. Cuando se emplea la línea fría en un hospital cambian todos los procesos de cocina y los sistemas de gestión y seguridad alimentaria", indicó Jiménez. En las jornadas que se celebrarán en Jerez se hablará de la experiencia de los hospitales que ya cuentan con la cadena fría, una inversión importante pero con la que se acaba ahorrando costes.

En el congreso, al que se espera la asistencia de más de 200 profesionales nacionales e internacionales del sector y empresas vinculadas, se tratarán además otros aspectos como los recursos humanos, las nuevas tecnologías alimentarias, la obesidad infantil y la alimentación geriátrica. Otro de los bloques de las jornadas será el relacionado con la lavandería, en el que se abordarán aspectos como las máquinas que consumen menos recursos energéticos, los productos químicos de lavado que facilitan el trabajo a los operadores así como la modernización de las lencerías. El tema tiene también su enjundia en un hospital donde hay que lavar a diario más de 2.000 kilos de ropa, aunque de ellos, 1.300 kilos se llevan a la lavandería de Cádiz, lo que en su momento generó algunas protestas sindicales ante lo que presuponían podía ser un desmantelamiento de este servicio. "Ahora mismo no hay ningún problema, porque no se ha producido ninguna pérdida de puestos de trabajo. Lo que ocurrió fue que el tren de lavado se averió e incluso por el coste que tenía la reparación merecía la pena externalizar el servicio, pero no se hizo", señaló el gerente, incidiendo en la importancia de un lavado adecuado no sólo de la ropa de los profesionales sino también de la de cama para evitar infecciones hospitalarias.