Sin ánimo de alimentar la polémica de si deben permitirse o no animales en los circos, me viene a la memoria un ridículo y antiguo chascarrillo. Comenzaba con una pregunta: ¿Por qué las focas miran hacia el techo de la carpa circense? La respuesta tenía la misma gracia que un chiste malo: "Porque arriba están los focos". Por contra, sí que llaman poderosamente la atención e incluso entusiasman los focos que este fin de semana se encienden en el Mundial de Motociclismo, con muchos megavatios de potencia enfocando casi exclusivamente a dos pilotos formidables y españoles: Marc Márquez y Maverick Viñales, máximos candidatos al título en esta temporada 2017 que comienza, cómo no, bajo millares de focos que iluminarán esta primera y única carrera nocturna del año en el circuito qatarí de Losail, ubicado en la ciudad de Doha.

Quedan por delante dieciocho grandes premios, cuatro de los cuales se celebrarán nuevamente en España, siendo el primero de ellos en Jerez el 7 de mayo y el último, que cerrará también el Campeonato, el 12 de noviembre en Valencia. Será, sin lugar a dudas, un año emocionante e intenso, probablemente más competitivo si cabe de lo que ya fue el pasado 2016, en el que se consiguió el récord de nueve ganadores distintos en una misma temporada. En este 2017, contamos de nuevo con muchos candidatos a la gloria, tanto de pilotos, como de marcas y equipos, síntoma inequívoco de la buena salud que goza este Mundial de MotoGP, que desde hace 25 años está dirigido por la eficiente empresa española Dorna que, para rizar el rizo, se plantea incorporar una nueva categoría de motos eléctricas en 2019, demostrando que en este 'circo' del motociclismo, sí que se mira hacia arriba, directos al futuro, pero con ideas luminosas.

A priori, Marc Márquez es el hombre a batir, merced del último de sus tres títulos conquistado el año pasado. Pero no olvidemos que ese triunfo fue fruto de su genialidad innata e inimitable, porque la Honda que pilotaba el de Cervera no era inicialmente un 'caballo ganador', más bien parecía un potro salvaje al que a duras penas lograba domar. Pero lo hizo, vaya que si lo hizo. Lorenzo y Rossi no pudieron aprovechar la clara, pública y notoria superioridad de sus Yamaha: se enredaron y pensaron que tenían margen. Por ello, entre otras razones, el lugar de Lorenzo lo ocupará uno de los genios más precoces que ha dado este deporte, Maverick Viñales, que el año pasado dejó boquiabiertos a propios y extraños con la Suzuki y, ahora con el 'cohete' de Yamaha, a ver quién le para. El propio Márquez lo va a tener complicado, por mucho que las Honda hayan superado ya los problemas de electrónica e inestabilidad. Habrá que ver si siguen derrapando a diestro y siniestro.

En honor a la verdad, a los datos y a la genialidad que se palpa a leguas, Maverick puede dar la campanada y, de hecho, ha sido el más rápido en todos los test de pretemporada. ¿Hacen falta más pruebas para reconocer que es candidato firme al título en su primer año con Yamaha? Es, además, el más joven (21 primaveras) de los seis máximos aspirantes al triunfo final, entre los que también debemos contar con un Dani Pedrosa que sigue siendo un campeón de MotoGP sin corona. No lo pierdan de vista, dará guerra.

En el caso de Jorge Lorenzo, las opciones de éxito en su primer año con la marca Ducati (propiedad del todopoderoso grupo alemán Audi) son un auténtico enigma. Por pura lógica, el tricampeón de MotoGP necesita un tiempo prudencial para 'digerir' corporal y mentalmente el cambio radical que ha dado a su carrera deportiva abandonando a una fábrica tan prestigiosa como Yamaha, que tantos éxitos le ha reportado desde 2008 hasta nuestros días. El piloto mallorquín, contratado por dos años a razón de 22 millones de euros, está obligado a cambiar su estilo, hábitos, métodos y costumbres; deberá adaptarse a una montura italiana potente, pero brusca, nada comparable a la Yamaha con la que parecía 'volar' sobre raíles directo a la gloria.

Quizá deberá familiarizarse a las carreras en grupo, a ir de menos a más, en lugar de cabalgar liderando en solitario hacia la victoria desde la salida. De momento, ya ha reconocido que hasta su propio compañero de equipo, Andrea Dovizioso, puede que lo haga mejor que él. Tampoco hay que olvidar que su Ducati ha sido evolucionada a conciencia por el genial Casey Stoner, único piloto que hasta ahora ha dado un título a la marca transalpina. Por ello, Lorenzo tendrá que ir poniendo el 'traje a su medida', cogerle el tranquillo e ir domando la bestia roja, hasta poder aplicar su devastador 'martillo' (agresividad sin límites), ese término que él mismo acuñó, al igual que el de la 'mantequilla' (rodar calmado e hilando fino), que es el que ahora le toca aplicar. Cualidades y experiencia le sobran. Ganará alguna carrera, seguro; llegar y besar el santo, ya es otro cantar. Eso sí, en esta primera prueba del Mundial, que acontece en pleno desierto de Losail (este año con previsiones de ¡lluvia!), las Ducati suelen ir como aviones y podría llegar la primera sorpresa. Sobre el asfalto de Qatar, ya están listos todos los focos para que veamos la primera prueba nocturna del Gran Circo Motociclista 2017. Este año, además, hay que pagar por verlo en televisión, pero seguro que hasta las focas del zoo se emocionarían si les pusieran las carreras en una pantalla, previo pago a Movistar o Vodafone, claro. Eso sí, con los alicientes que despierta MotoGP y la cultura de moto que hay en España, ¿quién va a perdérselo?

(*) Jesús Benítez, periodista y escritor, fue editor jefe del Diario Marca y, durante más de una década, siguió todos los grandes premios del Mundial de Motociclismo. A comienzos de los 90, ejerció varios años como jefe de prensa del Circuito de Jerez.

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