Lo mismo me gano una pitada y pañolada al estilo de un estadio de fútbol descontento con su entrenador. Da igual, allá vamos. Creo que una persona tiene derecho a decir que no se siente identificada con la nacionalidad que aparece en sus documentos. Creo también que los catalanes no son unos seres malvados, y creo también que cuanto más se fomente una división entre el 'ellos-nosotros' al estilo de 'buenos-malos', más difícil es la solución. Dicho esto, además, diré una obviedad: la Ley se puede cambiar. Y otra más: por razones como la que esgrimen los independentistas ha habido a lo largo de la historia multitud de guerras. Hoy, parece, hemos avanzado en tal sentido. Pero también quiero lanzar una pregunta: ¿las decisiones que ha tomado el Gobierno van a facilitar que acabe el problema? Antes que decir que no quiero que se celebre un referéndum, me gustaría decir que quiero que no se independicen. No tengo una solución para el problema, claro, y este tema me descoloca un poco, y aún por todo me caerá la pañolada. Y es una pena, porque precisamente falta diálogo.