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Análisis

jorge F. español fumanal

Los bienes artísticos de la Cartuja son indivisibles

Queridos lectores, como abogado que ha llevado los complejos y actuales pleitos del Real Monasterio de Sijena (Huesca), que han fructificado en la difícil recuperación de su tesoro artístico, creo puedo ayudar bastante para que la Cartuja de Jerez no sea vaciada de sus ricas obras de arte.

La Cartuja de Jerez data del siglo XV y, aún a pesar de la desamortización de 1835 y el abandono y ruina que sufrió después, tiene el honor de ser el primer monumento nacional de la provincia de Cádiz. El Estado así lo catalogó por Real Orden de 19 de Agosto de 1856.

Da la casualidad de que el Monasterio de Sijena, es el primer monasterio donde aterrizan en España las Hermanas de Belén en 1985, que también ocupan esta Cartuja. Es difícil entender que, habiendo tantos monasterios vacíos en España, esta orden elija los mejores. Pero, la alegría de ver un monasterio habitado por quien lo tiene que frecuentar, en este caso, se ve ensombrecida por una orden religiosa que tiene un grave problema con las obras de arte religiosas.

Recuerdo que, cuando expresé a la Hermana Luc-Marie de Sijena que volvería todo el tesoro artístico al monasterio oscense (relicarios, cálices, imágenes, etc…), me dejó muy contrariado al decirme que, la iglesia actual, vacía de objetos litúrgicos, estaba muy bonita. Se diría que eran monjas protestantes; pero no, eran monjas católicas, y no en vano, de una orden que ha sido investigada por el Vaticano en 2015 por denuncias de sus antiguos miembros.

Con la intervención del Sr. Obispo de Barbastro-Monzón y del Gobierno de Aragón, entendieron que el Monasterio de Sijena es un monumento nacional catalogado por el Estado en 1923 y que todo su tesoro artístico recuperado en estos litigios, tiene que estar allí para goce de todos los ciudadanos.

Pero, dejando esto al margen, entro ahora en el asunto del retablo de la Sala Capitular de la Cartuja de Jerez. Según me acredita el informe del historiador Sr. Moreno Arana, no cabe duda de que el actual retablo recuperado por los cartujos de otra iglesia, es el retablo original de la Cartuja y felizmente ellos lo reintegraron.

Las leyes de patrimonio histórico de 1926 como la vigente de 1985, han tenido la precaución de establecer que, forma parte del monumento nacional, todo su exorno (orfebrería, retablos, imágenes, biblioteca, etc…); pero, para que el propietario no pueda disgregarlo a su conveniencia, también quedan incluidos los objetos que en el pasado conformaron el monumento, atendiendo al espíritu de la ley de hacer indivisible el tesoro artístico del monumento nacional. Por lo tanto, el retablo no puede ser separado de la Cartuja, so pena de destruir y vaciar de su exorno el monumento. Se trataría de un caso de expolio sujeto a la vigilancia del Estado y que hasta lo podría denunciar en los tribunales cualquier persona o asociación cultural, dada la legitimación pública de estas leyes.

Por supuesto que la Iglesia, que ni siquiera es la propietaria de este espléndido monumento jerezano, no puede mover ningún bien artístico de la Cartuja, pues, ello está terminantemente prohibido en las leyes de patrimonio cultural.

Conviene constituir una asociación de Amigos de la Cartuja de Jerez e implicar en su defensa al Ayuntamiento y a toda la sociedad jerezana, en la seguridad de que ello supondrá un punto de inflexión para la salvación del monumento, haciendo compatible su obligada visita por los ciudadanos, tal como así la exige la ley, con el disfrute del mismo por la actual comunidad religiosa.

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