Las primarias socialistas avanzan a codazos, pero Pedro Sánchez propuso, y propone, ir "codo con codo" con Podemos. Creo que conozco lo suficiente a Pedro Sánchez y a Susana Díaz para no atreverme a decir quién de ellos es más de izquierdas. No considero que el ex secretario general sea un extremista; es más, por extracción social y por biografía política, es un socialista moderado, un socialdemócrata. Lo que le convierte en radical es su posición frente al contrario, Mariano Rajoy. Con tal de desalojarlo es capaz de probar todas las tácticas: el abrazo a Podemos, el flirteo con los independentistas, la encumbración de Cataluña como proyecto nacional y la celebración continua de elecciones. Pablo Iglesias no ceja en el empeño de mantener a Podemos en las cotas más altas de audiencia; le falta vestirse de bombero. Emprende una moción de censura sin candidato y sin que un solo partido lo apoye; bueno, sí, Garzón, que ha reducido IU a una carabina que no deja solos a su Pablo y a su Irene. Pedro Sánchez lo sabe, pero persiste. Sabe que con quien niños se acuesta, mojado se levanta, pero le puede su odio africano a Rajoy. Sé que esto debe ser atractivo para una parte de la militancia del PSOE, pero es un error emocional: el presidente es presidente porque su líder perdió dos veces, dos, contra él. E iba hasta la coronilla de corrupción.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios