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LÍNEA DE FONDO

Pedro Manuel / Espinosa / Pespinosa@diariodecadiz.com

La edad de oro de Chaparro

A sus 65 años, el trianero ha salvado al Betis de un posible descenso con un trabajo sobresaliente

La vejez es una carnicería, oí una vez. No sé si Paco Chaparro está de acuerdo con tal afirmación. El trianero vive, a sus 65 años, su edad de oro. Llegó al Betis sin hacer ruido, lo salvó del descenso el pasado año ganando en Santander en la última jornada y en la presente Liga lo ha resucitado, liderando desde el banquillo los triunfos ante Madrid, Barcelona, Zaragoza o Atlético de Madrid. Chaparro no es un técnico mediático, sus declaraciones a veces son inadecuadas, pero es un trabajador nato. Lo demostró en el Cádiz, al que entrenó en la primera campaña de Antonio Muñoz como presidente y del que se marchó con la sensación de haber dejado escapar la gran oportunidad de su vida; en el Xerez, en el Écija y en muchos equipos. "Dadme un balón, unos conos y la playa y entrenaré a cualquier equipo", recuerdo que comentaba en aquella época.

Chaparro llegó al Betis para formar tándem con Luis del Sol cuando los verdiblancos no lograban salir de la Segunda División. En Sevilla aseguran que aunque el que fuera excelente futbolista ponía la cara ante los medios, era el trianero, con su semblante serio y su cara de pocos amigos, quien manejaba los hilos. Aquella temporada culminó con el ascenso a Primera y Chaparro se ganó un hueco para siempre en las escalas inferiores de Heliópolis.

Ahora, después de la campaña extraordinaria que está haciendo, parece incomprensible que no le hayan ofrecido la renovación. Seguramente, si tuviera un porte más distinguido, a lo Queiroz, menos arrugas y un acento más cosmopolita, tendría terreno ganado. Manuel Ruiz de Lopera decía hace unos días que por supuesto que no tiene celos de su entrenador, del hombre que posiblemente le vaya a salvar de una tragedia, aunque en Almería se huelen que el consejero delegado bético tiene entre ceja y ceja llevarse a Unai Emery para su nuevo proyecto. Mientras, Chaparro sigue a lo suyo, ganando y trabajando, callando y pensando que ningún tiempo pasado fue mejor.

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