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"Me gusta llevar lo que hay en el disco al escenario, sin demasiados cambios"

Rojas. Cantante

El cantautor catalán estará en Cádiz mañana, en el patio del colegio Santa Teresa con Nolasco, para presentar las canciones de su último trabajo: 'Los dueños del mundo'

El cantante Rojas, en Cádiz ante la fachada de la Catedral.
El cantante Rojas, en Cádiz ante la fachada de la Catedral.
José Antonio López Cádiz

20 de agosto 2016 - 01:00

-¿Cuáles son sus raíces andaluzas?

-Mis padres son de Utrera. Y mi familia entera. Tengo familia en Jerez, Dos Hermanas y Sevilla. Yo nací en Santa Coloma y he vivido en Barcelona toda la vida. Trato de venir siempre mucho por el sur, además de que me gusta y no sólo por la música: la familia, mi entorno, gente que me une.

-¿Hasta qué punto esas raíces influyen en su música?

-Seguramente en todo. No sé si más directa o indirectamente porque no vivo aquí, pero me he criado con andaluces. Y es una cosa que siempre me dicen, por ejemplo Chaboli me dice mucho que mi forma era como la de ellos. Y yo, a pesar de ser catalán porque he nacido allí, sí que me hago un poco a esa manera de componer, de escribir mi música.

-Dicen que sus canciones son 'historias pequeñas'.

-Creo que se escribe siempre sobre una etapa de tu vida, lo que en ese momento te ocurre, lo que en ese momento estás viviendo. Eso es inevitable. Aunque no siempre cuentes historias que te han ocurrido cien por cien, siempre hay una parte de verdad porque al final si estás tristes, escribes canciones tristes, y si estás feliz, creo que te sale algo con más luz. Creo que son etapas. Siempre he sido un poco oscuro a la hora de escribir, aunque no sé si es la palabra más acertada, o más para adentro, soy un tipo introvertido, más obervador, y me gusta ver las cosas desde mi prisma. Tengo esa manera de hacer primero una fotografía, luego una radiografía para, al final, conseguir el retrato. Pero con este último disco, por ejemplo, de repente cambió... quizás lo pensé un poco más a la hora de escribir las canciones y hice un enfoque con un poco más de luz. Desde la fotografía del disco hasta las canciones, la manera de sentarme en el estudio a pensarlas. Hacer una canción no es como hacer un bizcocho, que un domingo si tienes gente en casa, aunque no te apetezca, lo haces si tienes los ingredientes. Pero una canción no se hace aunque no te apetezca.

-¿Y uno piensa cuando escribe la canción en quién va a escucharla?

-Yo creo que sí. Llevo diez años en la música, soy consciente de que es mi trabajo, de que me dedico a componer canciones, a subirlas encima de un escenario y a cantarlas para mucha gente, y la gente al final se identifica de alguna manera. Sí que quizás soy... egoísta. No es mi manera de afrontar la música, quizás es un tópico eso de que a la hora de escribir se piensa en que hay que grabar un disco, pienso en llegar a la gente. Sí lo pienso, pero no demasiado

-Ni es el punto de partida.

-No, no. Sobre todo con el primer disco no lo fue para nada, porque fue un disco que escribí sin pensar que lo llevaría a un estudio, a un escenario. Lo escribí para mí.

-Como la poesía de juventud.

-Claro, claro. Quizás sí, con el segundo disco y con este tercero, pues ya se es un poco más consciente de que lo va a escuchar gente, pero no es algo que me guste especialmente. Creo que si al final te paras un poquito más en pensar en que eso lo va a escuchar otra persona, al final no haces las cosas bien. Al final, se distorsiona un poco.

-¿De qué parte del mundo se siente dueño Rojas?

-Lo del título... lo importante era la pregunta, preguntarle a la gente quiénes son los dueños del mundo. Yo soy un tipo catalán que me cuesta mucho echar raíces en cualquier parte. Me gusta mucho Barcelona, mi ciudad, pero también me gusta Cádiz, Madrid o Londres. Me siento un poco de todos lados. Mi casa está donde están mis amigos, donde tengo un hogar al que llegar y me abren la puerta, y al final creo que es así para todo el mundo. No soy de echar raíces.

-¿Prefiere lo universal al terruño?

-Bueno, sí. Prefiero tener una puertecita abierta para que donde vaya, tenga gente que me cuide. Creo que eso es más importante que echar raíces y sentirte muy arraigado a algo.

-¿Y cómo calificaría este nuevo disco? ¿Con tres discos en el mercado toca decir que este es el trabajo más completo?

-Quizás es el disco más pensado de los tres, el más pensado a la hora de llevarlo al estudio. Y es un disco que llevaba más trabajado previamente que los demás discos. Se lo había llevado al productor muy masticado, con las ideas bastante claras. Sí, tocaría decir que es el disco más maduro porque es el último de los tres, pero no lo sé. Quizás sea el más inmaduro...

-Sus tres discos están muy espaciados en el tiempo: 2005, 2009, 2014. ¿Es algo consciente o se debe a los condicionantes del mercado discográfico?

-No, eso es porque es difícil hacer diez buenas canciones. Y el que te diga lo contrario, o es un portento... Si fuéramos todos Sabina... Yo creo que cuesta mucho al final. No quiero decir que tengamos que sacar un disco cada cinco años, cada uno se pone su plazo, pero de alguna manera cuando la gente espera un disco tuyo, va y lo compra, o lo va a escuchar en un concierto, qué menos se merece lo mejor de ti. A veces, las prisas, las fechas, las compañías, los calendarios de por medio, pues eso a mí no me gusta. Nunca me ha gustado, tengo que verlo muy claro. De hecho, con este disco, igual que en los anteriores, descartamos cuarenta canciones, para sacar las doce del disco. Al final, te juntas con cincuenta canciones, pero a mí me gusta hacerlo así. No me gusta tener trece y poner doce en el disco.

-¿Y duelen mucho las canciones perdidas?

-[Lo piensa]. Bueno, sí duelen, sí duelen a veces; a mí me duelen porque luego no consigo rescatarlas. Hay que gente que sí, que las usa en otros discos, y en eso soy muy de renovarme, de componer nuevas canciones que están en otro momento de mi vida, y lo que hice me pasa que no me encaja. Puede que sí pase con alguna canción, pero a mí sí me duelen porque es una manera de dejarla en un cajón y que no nos volvamos a encontrar.

-Tiene duetos en sus tres discos: ¿qué le aportan?

-Sinceramente, todo lo que he hecho es porque hay algo más detrás de dos voces que se juntan, como es el caso de María, de Manuel, de Vanessa. Me gusta hacerlo así, soy un tipo bastante personal y me pienso mucho con quién cantar. No es sólo tu imagen , es tu carrera y tienes que impactar bien. Siempre es bonito y aporta. En el caso de María [Niña Pastori] es una maravilla porque te abre muchísimo público y muchas puertas. Todo el mundo lo sabe. O trabajar con Manuel [Carrasco] con esta edición especial, ha sido muy bonito y es algo que siempre suma y ayuda en un disco.

-¿Qué puede esperar el espectador de sus conciertos, qué ofrece?

-Yo soy un tipo muy sencillo en el escenario, el formato que vamos a hacer en Cádiz es con la banda, y la verdad es que tengo mucha ilusión porque siempre que he estado por aquí lo he hecho como más cercano, yo con la guitarra. Y también es una manera de entregarte al público, creo que cuando vas con la banda, es una percepción mía, das más un espectáculo, y cuando vas con la guitarra es como estar en el salón de tu casa cantando para ellos. Es algo que me gusta hacer mucho, por cierto, pero esta vez tengo ganas de venir con la banda y hacer una cosa muy bonita, que lo va a ser. Soy muy sencillo en el escenario y con las canciones trato de ser muy fiel a lo que hay en el disco, no hago una versión adaptada. Me gusta llevar lo que hay en el disco al escenario, sin demasiados cambios.

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