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fútbol tercera división

Fiesta en Guadalcacín (1-0)

  • El equipo de Alberto Vázquez sella la permanencia de forma matemática al imponerse al Espeleño con un gol de Pablo Pérez y caer el Recreativo B en Sevilla.

Objetivo cumplido. El Guadalcacín selló a las primeras de cambio, en su primer match-ball, la permanencia matemática, con lo que la próxima campaña cumplirá su cuarta temporada en Tercera División, al aliñar su victoria ante el Atlético Espeleño con la derrota del Recreativo B en su visita al Betis B. Con 43 puntos, el equipo de Alberto Vázquez ya tiene los deberes hechos y tiene las tres últimas jornadas para disfrutar sin agobios clasificatorios: la fiesta ya comenzó ayer en el Fernández Marchán con el piitido final de Manchón Muñoz, celebración de los futbolistas en el terreno de juego, ovación de la grada y ducha posterior al entrenador en plena rueda de prensa... Que siga la fiesta, que no es para menos, porque lo del Guada en categoría nacional tiene mérito, mucho mérito.

Así, la travesía que la plantilla comenzó con Ismael llegó ayer a buen puerto con Alberto Vázquez al frente tras un partido que bien puede resumir lo que es el Guadalcacín, lo que ha sido a lo largo de toda la temporada: trabajo, sacrificio, agobiar y asfixiar al rival en defensa, velocidad, verticalidad y aprovechar alguna oportunidad en ataque para hacerse con los tres puntos y ganarse el reconocimiento de propios y extraños, porque este equipo lleva granjeándose el respeto y las simpatías de los rivales desde que, a finales de agosto de 2014, comenzó su andadura en categoría nacional.

El de ayer no fue un partido brillante, como la mayoría, pero el Guadalcacín acabó siendo superior a su rival, como en la mayoría, y ganando con justicia y autoridad. De entrada, fue un Guada muy distinto a lo habitual, porque se cayeron de la convocatoria Juan Laynez y Piñero. Con Rosales acompañando a Diego Galiano, Marín ocupó la derecha, Rober la izquierda y en el centro Luis Castillo, Rodri y Juanjo tejieron una telaraña que ahogó a un Espeleño que llegaba obligado a ganar para mantener el sueño de meterse en el play-off. Al final, los cordobeses despertaron del sueño y el Guadalcacín sigue de ensueño.

La primera mitad fue muy trabada, apenas sin ocasiones. El Espeleño trataba de salir con el balón jugado pero rápidamente caía víctima de la presión de los azules, por lo que en más de una ocasión trató de ganar metros con pelotazos, sobre todo a Diego en la banda izquierda aunque la primera aproximación con peligro llegó por la derecha, en un muy buen centro templado de Hugo que no encontró rematador. El Guada, volcado en los primeros minutos por la izquierda con Joselito muy activo, pidió penalti en una caída de Rober (15') que el árbitro no apreció.

El choque parecía inclinarse hacia el campo visitante porque los azules recuperaban el balón sin apuros pero el partido avanzaba sin ocasiones hasta que Lebrón tuvo que meter los puños para quitar el balón de la cabeza de Ito (31'), a lo que respondía el Guada con una buena triangulación culminada por Rosillo con un zurdazo flojo dentro del área que atajó sin problemas Javi. De ahí al final de la primera mitad, una falta directa de Rosales que atrapó, bien colocado, el arquero visitante.

No varió el guión en la segunda mitad, en la que al Guada se le veía cada vez más cómodo y al Espeleño le costaba mucho combinar y llegar con el balón controlado a campo contrario. Empero, la primera ocasión del segundo acto volvía a ser visitante, esta vez un chutazo de Mario al saque de una falta al que Lebrón respondió metiendo los dos puños para sacarse el cañonazo de encima. Y la respuesta del Guadalcacín fue esta vez letal: en un falta lateral, Rosales -calidad en el golpeo- la puso en el corazón del área, entre el portero y la defensa visitantes, donde apareció Pablo Pérez para cabecear libre de marca y seguir engordando su estadística goleadora.

El gol asienta a los azules, que mueven con criterio y no pasan apuros atrás porque en los envíos largos del Espeleño anda atento Lebrón y los cuatro de atrás despejan con ventaja. Obligado a dar un paso adelante, los de Espiel dejan huecos y el Guada empieza a buscar las cosquillas a los visitantes con triangulaciones rápidas y aperturas a banda. Un defensa forastero anda presto a despejar a córner cuando Rosillo se disponía a fusilar tras asistencia de Rodri (71') y en el saque de esquina, Javi tapa como en un tapón de baloncesto un cabezazo de Juan Rosillo a bocajarro.

Con el Guada cerca de la sentencia, el Espeleño reacciona, quema sus naves con los cambios y empieza a presionar a la desesperada, sacudiéndose el control, más que dominio, local, aunque no llega a tener ocasiones claras para empatar salvo un disparo lejano de Diego al que responde con una vistosa palomita Lebrón (74'), que luego acierta a meter la manopla en un centro chut de Ángel del Pino desde la banda izquierda que se envenena (86').

Fue el canto del cisne de los cordobeses, que merodean pero no llegan y el que puede sentenciar es Fran Jiménez pero Javi, arquero visitante, le gana el mano a mano. No hay más en el descuento y con el pitido final se desata la fiesta. El Guadalcacín seguirá, una temporada más, en Tercera División.

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