Monólogo en el Calderón
Fútbol l Liga BBVA
El Barcelona supera desde el principio en todo al Atlético, pero la gran actuación de De Gea impide al conjunto azulgrana respirar tranquilo hasta el pitido final
ATLÉTICO DE MADRID: De Gea, Ujfalusi, Perea, Godín, Domínguez (Antonio López, 68'), Reyes, Assunçao, Raúl García (Tiago, 65'), Simao, Forlán y Kun Agüero (Diego Costa, 51'). BARCELONA: Valdés, Alves, Piqué, Puyol, Maxwell, Busquets, Xavi, Iniesta (Mascherano, 90'), Pedro, Messi (Bojan, 93') y Villa (Keita, 77'). Árbitro: Fernández Borbalán (andaluz). Expulsó con roja directa a Ujfalusi (92'). Amonestó a los locales Domínguez, Perea, Ujfalusi y Assuncao, y a los visitantes Alves, Maxwell, Valdés, Puyol y Mascherano. Goles: 0-1 (12') Messi. 1-1 (25') Raúl García. 1-2 (32') Piqué. Incidencias: Unos 53.000 espectadores en el Vicente Calderón.
El Barcelona acabó ayer con su maldición de los tres últimos años en el estadio Vicente Calderón, donde superó con merecimiento y autoridad al Atlético, que nunca pareció un equipo capaz de responder a la superioridad azulgrana, en un duelo en el que un gran David de Gea evitó mayor castigo.
El guardameta, sobresaliente todo el encuentro, impidió la sentencia anticipada de un choque que siempre se movió al dictado del Barcelona, muy seguro en defensa, incontestable en el medio campo e imparable en ataque.
El Barça, esta vez, no dudó ni un segundo. Desde el inicio ejerció un dominio absoluto, con el balón como propiedad exclusiva para manejar el partido a su ritmo, al que marcaban sus infinitos toques y su precisión milimétrica y que dejó al Atlético sin pelota.
No la tuvo en todo el primer tiempo ni en el segundo, porque no se la dejó su rival en ningún momento, ni siquiera con la presión arriba de los jugadores rojiblancos, que generaron algún pequeño apuro a los defensas barcelonistas, casi los únicos en todo el viaje hacia el descanso para el equipo dirigido por Guardiola.
Porque el Barcelona mandó con autoridad desde el primer minuto y hasta el intermedio. Y con merecido premio en el marcador, el 0-1 del argentino Lionel Messi tras una magnífica pared con Pedro, en uno de los múltiples espacios en la defensa atlética, un paraíso para el talento de los visitantes.
Ni siquiera el 1-1, en un puntual saque de esquina cabeceado por Raúl García en el minuto 25, alteró el control de los azulgranas, superiores en todo en la primera parte, marcador incluido, cuando Piqué resolvió un córner sin aparente peligro, con control con el pecho, disparo y gol ante un Godín demasiado blando (1-2).
Era un partido bajo el estricto dominio del Barcelona, que también estrelló un balón en el poste por medio de Villa, pero un encuentro con sólo un gol de distancia y un duelo tan habituado los últimos años a imprevisibles cambios de guión que mantenía la incertidumbre para la segunda mitad... si el Atlético reaccionaba.
Lo intentó el equipo rojiblanco en la reanudación, en la que Quique Sánchez Flores sustituyó al argentino Kun Agüero, de inicio en el once aunque había sido duda toda la semana por una contusión en la pierna izquierda, y en la que las ocasiones correspondían, de nuevo, al Barça, que se encontró con un espectacular De Gea.
El guardameta, excelente ante sendos disparos de Xavi y Pedro y un mano a mano con Villa, mantuvo al Atlético en el encuentro, en el que los impulsos de coraje de los rojiblancos no era suficientes para derribar al Barça, que prolongaba su seguridad, que no sufría por el triunfo y que perdonó el 1-3 en otra jugada de Messi.
El choque tenía un claro color azulgrana -lo había tenido todo el partido-, sólo inquietado por acciones esporádicas, como un disparo de José Antonio Reyes, demasiado poco para responder a la absoluta superioridad del Barcelona en el encuentro de ayer, un monólogo de los visitantes desde el primer hasta el último minuto y del que Messi se retiró lesionado tras una entrada de Tomas Ujfalusi, que le valió al checo la roja.
El equipo de Guardiola confirma su reacción tras el inesperado revés de la semana anterior con el Hércules y se mantiene a un punto de su eterno rival, el Madrid.
No hay comentarios