Pablo Llamas se ha quedado a un pasito de la gesta en el US Open. El jerezano, que ganó su primer partido de la fase previa ante el argentino Collarini por un doble 6-4, perdió este jueves por la noche ante el suizo Dominic Stricker en un choque titánico, en el que hubo de todo y se ha quedado sin el gran premio de acceder al cuadro final del Gran Sland. Se adjudicó el primer set en el 'tie-break' 7-6 (7-2), perdió el segundo por 6-4 y cedió de forma agónica el tercero en el 'super tie-break' 6-7 (11-13). La lluvia fue la gran protagonista en dos ocasiones y en la tercera manga y con 9-9 detuvo la cita durante más de dos horas, un enfrentamiento que duró casi tres horas.

El primer set fue muy igualado de inicio y los dos jugadores conservaron su servicio. Con 3-3, el jerezano sorprendió al suizo, que se rehízo en el siguiente juego para poner el 4-4 y dispuso de hasta tres pelotas de set, pero no aprovechó ninguna. En el 'tie-break' a Pablo no le tembló el pulso, fue mejor y lo sacó adelante por 7-2 después de 58 minutos.

En la segunda manga, tras un 2-2 inicial, Stricker comenzó a mostrar su mejor versión y no dio opciones a Llamas, que en media hora comprobó como el suizo le desbordaba y se quedaba con el set por 4-6.

Con todo por decidir, el tercer set fue una auténtica locura. Los nervios se reflejaban en la pista y el intercambio de aciertos y fallos era constante en los dos jugadores. Con el partido en su fase decisiva, el suizo logró un break y se marchó 6-5. Por primera vez la lluvia comenzó a caer. El parón favoreció a Llamas, que recuperó la desventaja y forzó el el 'super tie-break' final. Llamas gozó de una bola de partido, pero Stricker superó el momento crítico. Con 9-9, diluvio. El partido fue aplazado durante más de dos horas. 

Tras el segundo parón, Stricker se colocó 10-9 con su saque, pero Llamas no se rendía y con una volea impresionante igualó. La emoción seguía, hasta que el jerezano falló un revés para sucumbir de forma dolorosa 13-11. Su gran esfuerzo se quedó sin recompensa después de dos horas y 51 minutos, pero sigue escalando peldaños en su pelea por competir con los mejores.