River Plate exhibe su orgullo y pone a Boca bajo presión
En 90 minutos, los ánimos cambiaron por completo: la victoria de River Plate en el primer superclásico de los octavos de final de la Copa Libertadores mostró a un conjunto millonario renovado y lleno de vitalidad y a un Boca Juniors que perdió su condición de invicto y no tiene margen para el error.
Herido tras la derrota que sufrió en el primero de los clásicos de la trilogía, el domingo en el torneo argentino, River devolvió el golpe en la noche del jueves con un valioso triunfo por 1-0 en el Monumental.
No sólo por la ventaja y por no haber permitido a Boca los siempre vitales goles visitantes, sino porque superó en juego e intensidad a un rival que partía como favorito.
El conjunto xeneize llegaba al primer duelo por la Libertadores sin haber conocido la derrota en todo 2015, con 15 victorias y tres empates en partidos oficiales, y con una marcha imparable en la Libertadores, donde ganó sus seis encuentros de la fase de grupos y terminó como mejor primero.
Todo lo contrario que River, que entró a octavos por la ventana y como el peor de los segundos, y que venía inmerso en las dudas tras la derrota por 2-0 que sufrió en la Bombonera el domingo.
"Necesitábamos jugar un partido como éste", admitió Marcelo Gallardo, el técnico millonario, tras un encuentro en el que su equipo mostró una intensidad y un despliegue que no se veía desde el año pasado, cuando conquistó la Copa Sudamericana.
River jugó al límite, y varios de sus futbolistas podrían haber visto tranquilamente la tarjeta roja, pero en el desarrollo del juego y por ocasiones de gol fue al fin y al cabo un justo ganador. Carlos Sánchez hizo el gol del triunfo en el minuto 81.
En otros partidos de ida de octavos, el Emelec ecuatoriano derrotó por 2-0 al Atlético Nacional colombiano y el Wanderers uruguayo empató con Racing de Avellaneda (1-1).
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