Fútbol

Ya no es obligatorio convertirse en SAD ni aportar avales por el 15 por ciento del presupuesto

  • Estas medidas entrarán en vigor el 1 de enero de 2022

Clubes como el Xerez DFC que aspiran llegar al fútbol profesional no tendrán ya que convertirse en SAD.

Clubes como el Xerez DFC que aspiran llegar al fútbol profesional no tendrán ya que convertirse en SAD. / Miguel Ángel González

En el Boletín Oficial del Estado núm. 312, de este 29 de diciembre, aparece publicada la Ley de Presupuestos Generales del Estado para el año 2022. Y en ella se incluye la modificación de dos preceptos de la Ley del Deporte que resultan del máximo interés para los clubes que, como el Xerez Deportivo FC, aspiran a ascender al fútbol profesional.

La principal novedad es, sin duda, la supresión de la exigencia a los clubes de transformarse en sociedad anónima deportiva (SAD) para poder participar en las competiciones oficiales de carácter profesional, que venía establecida en el artículo 19.1 de la Ley del Deporte, precepto que ahora se modifica eliminando tal deber de transformación, que queda como algo potestativo.

La obligatoriedad de conversión en SAD, implantada en 1990, supuso un modelo de responsabilidad jurídica y económica que no sirvió para resolver el crónico endeudamiento que por aquellos años padecía el sector, originando un régimen dual carente de justificación. Y es por tal carencia que, además de ineficaz, la obligatoriedad de la SAD contraviene lo dispuesto en la Directiva 2006/123/CE, de 12 de diciembre, del Parlamento y el Consejo Europeo, relativa a los servicios en el mercado interior, según la cual, el establecimiento de límites o restricciones para el uso de la forma jurídica que el prestador considere oportuna debe quedar plenamente justificada. Y la exigencia de una sola forma jurídica (la de la SAD) para poder participar en las competiciones profesionales no lo está.

Como he venido sosteniendo desde hace más de una década, el modelo del régimen jurídico del deporte profesional debe partir necesariamente del principio de libertad de forma, garantizándose la sostenibilidad y el equilibrio financiero de los participantes en la competición a través de la supervisión y control económico de su organizador e, indirectamente, del Consejo Superior de Deportes. Esta es la vía por la que, en los últimos años, se han reducido las deudas y se ha mejorado la situación patrimonial de los clubes y sociedades anónimas deportivas, asegurándose de esta forma la viabilidad de la propia competición.

La supresión de la obligatoriedad de la SAD en las competiciones profesionales estaba ya prevista en los anteproyectos de Ley del Deporte de 2019 y 2021, que en estos días ha entrado en las Cortes como proyecto de ley. Pero, merced a una enmienda del PNV a la Ley de Presupuestos, se ha adelantado el cambio normativo, que evitará así, como primer "efecto", la hasta ahora necesaria conversión de la SD Amorebieta, ascendida la pasada temporada a 2.ª División.

Avales, la otra gran novedad

La segunda novedad, también a instancias del PNV y asimismo de enorme trascendencia, consiste, a través de la modificación de la disposición adicional 7.ª de la Ley del Deporte, en dejar a criterio de los clubes no transformados (Real Madrid CF, FC Barcelona, Athletic Club, CA Osasuna y SD Amorebieta) la determinación de la cuantía de los avales de las juntas directivas, que actualmente alcanzan el 15% de los presupuestos de estas entidades.

A partir de ahora, en definitiva, los clubes podrán libremente establecer en sus estatutos los requisitos para ser directivo y, entre ellos, la cuantía de los avales que garanticen su responsabilidad por los resultados económicos negativos que se generen durante el período de su gestión.

Ambas novedades, que entrarán en vigor el próximo 1 de enero, comportan un adecuado y lógico reconocimiento a la privacidad de las entidades deportivas, a las que se confiere una mayor libertad en la determinación de su estructura y organización interna, rigurosamente compatible con el imprescindible control económico y financiero que garantice la integridad y buen funcionamiento de la competición.

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