Cuatro décadas haciendo afición

Manuel Gil Monreal, Manuel Palomo, Manuel y Miguel A. Jiménez Tenorio, Manolo Figueroa, Manuel Salazar... Son algunos de los nombres propios de los cuarenta años del Club Montañero Sierra del Pinar, una entidad que durante las últimas cuatro décadas ha sido capaz de sobrevivir a las adversidades y de fomentar el amor por la montaña en Jerez.

Cuando a mitad de los años 60, un grupo de amigos, casi todos ellos procedentes del movimientos Scout y la OJE, comenzaron a reunirse de forma más o menos organizada para realizar salidas a la montaña ninguno imaginó que esa iniciativa terminaría siendo el germen de uno de los clubes más antiguos de Andalucía.

El 3 de septiembre de 1971 se fundó oficialmente el CMSP, pero realmente las actividades se remontan a enero de 1970, y los comienzos no fueron nada fáciles. El montañismo en Jerez en aquella época era un deporte muy poco conocido y apenas tenía adeptos. Sin embargo, poco a poco, con gran esfuerzo, el club fue creciendo y se fueron desarrollando ascensiones y escaladas a montañas cada vez más altas y lejanas, con lo que la actividad fue ganando importancia.

A mediados de los años 70, los miembros del club comenzaron a realizar salidas importantes por los diferentes macizos españoles, conjugadas con una notable actividad divulgativa. Tal es la difusión que alcanzan estas actividades, que el Ayuntamiento les entrega el Diploma a la Promoción Deportiva en 1977.

En la recta final de la década, el CMSP realiza su primera salida a Los Alpes, con la ascensión al Mont Blanc y al Grand Paradiso. Tras un intento fracasado de expedición a Los Andes, en 1980 llevaron a cabo la primera expedición 'Atlas 80' para coronar la cima del Toubkal.

El club a día de hoy se encuentra perfectamente estructurado, está muy arraigado en el entramado deportivo y social de la ciudad, cuenta con más de 300 socios, una sede social ubicada en la calle Francos, 33, una importante biblioteca especializada, material de iniciación y con un amplio programa de actividades anuales basado en sus acuerdos con el Ayuntamiento.

En la actualidad, el peso del funcionamiento del club recae en un amplio equipo de aficionados, aunque nada es como cuando hace treinta años se pagaban 25 de las antiguas pesetas de cuota. Realizar actividades y ofrecerlas a los socios y al público en general exige muchísima más dedicación y atención.

Ahora, el presidente es Roberto Alonso Rodríguez y el vicepresidente, Francisco Souto Rubiales. Joaquín Aguado se hace cargo de la biblioteca, José González Robert está al frente de la secretaría, José María Baurre Martínez es el administrador, Manuel Figueroa Rubiales es el responsable de defensa de la naturaleza y Marcos Rubio es el encargado de material. Además, siempre dispuestos a colaborar y a prestar su ayuda a la entidad se encuentran Faustino Rodríguez Quintanilla, José Manuel Amarillo Vargas, Ángel Villanueva, Carlos Rozadillas, Manuel y Miguel Ángel Jiménez Tenorio, Manuel Palomo y Javier Rodríguez Gordillo.

Para conmemorar estas cuatro décadas dedicadas a la montaña, han programado para los primeros seis meses del año un amplio abanico de actividades, entre las que destacan una salida al Puerto del Boyar y al Valle de Dornajo, una travesía por Villaluenga (Cueva de La Pileta) y otra por el Pinsapar de Grazalema.

Para el próximo mes de marzo tienen previsto una ruta entre Benaoján y Jimera de Libar, la ascensión al Pico del Cielo (1.501 metros), y a La Salmadre (1.303 metros), mientas que en abril realizarán, entre otras actividades, una salida a Sierra Nevada y la ascensión al Terril (1.129 metros).

En mayo le tocará el turno al Risco Blanco y a la Cruz del Romero (781 metros), mientras que en junio, Arroyo de La Miel será el protagonista y el día 22 celebrarán una asamblea extraordinaria con elecciones.

Pero no todas las actividades que organiza el club están dedicadas a explorar montañas, también han organizado ciclos de conferencias para los amantes del montañismo, que han contado con los expertos más importantes del país.

A lo largo de estos años, han pasado por Jerez desde César Pérez de Tudela -supuso todo un éxito-, hasta Carlos Soria, un brillante comunicador madrileño capaz de tener hora y media al público disfrutando con sus charlas y fotografías, que además pretende coronar los 14 ochomilesa sus 73 años. También han tomado parte en estas jornadas Ramón Portilla, Ferrán Latorre, el mediático Juanito Oiarzabal y Lolo González, especialmente conocido por los montañeros jerezanos.

Pero si todo esto fuese poco, el CMSP también es pionero en Andalucía en el descenso de cañones. Así, el primer descenso de la Garganta del Guadiaro la realizaron Diego Román, Juan Manuel González y Manuel Gil.

Gil Monreal, primer presidente del club, recuerda sobre esta aventura que "en el acceso a este lugar hay que atravesar un túnel por el que pasa el tren y para esquivarlo tuvimos que tirarnos a tierra a toda velocidad".

En su máximo esplendor, el club jerezano también ha ofertado a sus afiliados salidas en bicicleta de montaña.

Como no podía ser de otro modo, en el CMSP no olvidan a su socio más distinguido y laureado, Manuel Salazar, escalador madrileño afincado en Jerez que falleció en junio de 2006 tras resbalarse en un entrenamiento mientras subía el Mulhacén. Se encontraba preparando su próxima meta, subir una cota de 7.000 metros de altura en el Himalaya.

En su día, la junta directiva del club mantuvo contactos con el Ayuntamiento para que una calle de nuestra ciudad llevara el nombre del alpinista desaparecido y ahora intentan agilizar los trámites para conseguirlo.

En el CMSP, además de facilitar a los socios y aficionados todo tipo de información y de recomendaciones para salir a la montaña, también les solicitan que se hagan un seguro para su mayor tranquilidad. Y es que a día de hoy, hacer frente a un rescate es el mayor problema con el que se encuentran las personas que sufren un accidente o se pierden en una salida.

Manuel Gil, experto en la materia, no duda: "Si se demuestra que existe temeridad y desconocimiento por parte del montañero, cada uno debería abonar los gastos que generan este tipo de operación. Hay que tener en cuenta que no toda persona que se mete en una montaña es montañero, esto es como culpar a la Federación de Automovilismo de todos los accidentes. También es vital para evitar sorpresas que los deportistas estén federados".

Además, Gil recomienda a los profesionales y a los aficionados que salgan a la montaña que siempre "tengan máxima prudencia, que realicen las salidas con buenos compañeros, que madruguen, que estén pendientes del reloj y, sobre todo, evitar que se les haga de noche porque el regreso puede ser sumamente complicado en estas circunstancias".