Todos hacen todo: el 4-2-3-1 se impone

Las selecciones apuestan por la flexibilidad de este sistema en el Mundial · Reforzar defensa y ataque, el gran objetivo

Todos hacen todo: el 4-2-3-1 se impone
Sebastian Stiekel / Bloemfontain

12 de junio 2010 - 05:02

¿Espectáculo ofensivo como el del Barcelona o cerrojo defensivo como el del Inter? La incógnita por el estilo de juego que triunfará en el Mundial es casi tan apasionante -e impredecible- como la de quién se llevará la copa.

"Espero que veamos un fútbol rápido y ofensivo", dijo el entrenador holandés Guus Hiddink. Pero lo cierto es que en el fútbol no hay táctica que garantice el éxito: España ganó la Eurocopa de 2008 con un vistoso juego de toque, mientras que Italia se impuso en el Mundial de Alemania, dos años antes, gracias a una defensa impenetrable.

Lo mismo puede aplicarse a los dos últimos ganadores de la Liga de Campeones europea: es difícil imaginar dos equipos con un juego más opuesto que el Barça y el Inter. La conclusión de los entrenadores: hay que reforzar ambos aspectos del juego. Ni garra ciega ni estética inocua. Al menos no solamente. Por eso equipos tradicionalmente amantes del espectáculo, como Brasil u Holanda, trabajaron para reforzar también su defensa, mientras que el seleccionador alemán, Joachim Löw, señaló antes del torneo: "Queremos dominar, no presionar sólo en base a luchar y correr".

La gran mayoría de las 32 selecciones optarán en Sudáfrica por un esquema 4-2-3-1. Costa de Marfil jugará con un 4-3-3 y los ingleses con un 4-4-2, pero el principio es el mismo: el seis desplazó al diez como figura clave en el campo.

Antes sólo estaba allí para seguir a un Maradona o un Zidane hasta la ducha. Hoy el pivote defensivo es el encargado de interrumpir el ataque contrario y transformarlo en el principio de uno propio.

"Quien logra hacerse con el centro controla el partido", explicó Felix Magath, técnico alemán. Por eso, casi todos los favoritos en este campeonato cuentan con un dúo dinámico: Van Bommel y De Jong en Holanda, Gilberto Silva y Felipe Melo en Brasil, Verón y Mascherano en Argentina, Xabi Alonso y Sergio Busquets o Xavi en España.

El 4-2-3-1 se configura así como un sistema especialmente flexible, que permite jugar de forma tanto ofensiva como defensiva, siempre que el medio esté controlado. Aunque algunos como Maradona o Domenech no haya logrado transmitirlo a sus jugadores.

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