Los jerezanos Cristian y Diego Rodríguez, primos residentes en Ceuta y de Segunda División
Fútbol
El centrocampista y el delantero, cedido por el Real Mallorca, han completado un año de ensueño en el campeón del Grupo 2 de Primera RFEF
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El Ceuta es el equipo de moda en Primera RFEF. La escuadra esculpida por el jerezano Edu Villegas en los despachos y por José Juan Romero Gil en el banquillo ha logrado un histórico ascenso a Segunda División A, la categoría ahora conocida por Liga Hypermotion. Ni más ni menos que 45 años han tenido que pasar para que la Ciudad Autónoma vuelva a pisar el segundo escalón del fútbol español. Tras consumar el ascenso en Fuenlabrada, los ceutíes empataron en el Murube contra el Yeclano y, posteriormente, celebraron con la afición el salto de categoría por las calles. Verdugo del Xerez CD en Copa del Rey, el Ceuta no pierde desde el pasado 17 de noviembre, 24 jornadas consecutivas sumando y sólo cuatro derrotas en liga. Números de récord.
Además del exdirector deportivo del Xerez DFC, el Ceuta cuenta con otros dos jerezanos en sus filas. El centrocampista Cristian Rodríguez y el delantero centro Diego Rodríguez, para más señas, primos. Cristian es ya todo un 'veterano' a sus 29 años. Despuntó en la cantera del Sanluqueño, José Pérez Herrera lo hizo debutar en el primer equipo, con el que logró el ascenso a Segunda División B en la temporada 2015/2016, se marchó a la cantera del Atlético de Madrid, donde estuvo dos temporadas. Dio el salto al fútbol profesional (Segunda A) en el Extremadura, posteriormente jugó en el Málaga y la Ponferradina, hace dos campañas dejó el Castellón -que acabaría subiendo a Segunda- para recalar en el Ceuta, con el que ha logrado el ascenso.
Por su parte, Diego Rodríguez tiene 21 años y llegaba esta temporada cedido del Real Mallorca para jugar en el filial ceutí de Tercera RFEF. El delantero comenzó su andadura futbolística en el AD Icovesa de "don Miguel Zarzuela", pasó por el Flamenco y el Xerez CD y en su etapa cadete se marchó al Sevilla. Anotó 28 goles en su primer año juvenil y debutó en Tercera a los 17 años. La pasada campaña firmó en Mallorca, que lo cedió al Ourense, subiendo a Primera RFEF y este curso salió de nuevo, rumbo a Ceuta. Con el filial ha anotado 7 tantos, sufrió una lesión muscular que le afectó el tendón y estuvo casi tres meses sin jugar, pero el destino le tenía reservado el premio de subir al primer equipo, estando en dinámica. Tuvo sus primeros minutos en 1ª RFEF contra el Hércules y repitió ante el Marbella.

Elogios para la Ciudad Autónoma
Cristian ha disputado esta temporada 27 encuentros con el Ceuta, 12 de ellos como titular en los que ha anotado 3 goles. Comenta que "la primera vuelta fue complicada porque no terminábamos de arrancar, pero la segunda con cuatro retoques ha ido muy bien, llevamos 24 partidos sin perder y creo que el récord estaba en 21 así que lo hemos superado". A nivel personal, "el año pasado estuve mejor en números y este ha sido un poco más complicado, pero me quedo con el final, con que hemos ascendido, el club ha hecho historia y el año que viene estoy seguro de que será mejor en lo personal, me quedan dos años más".
¿Cómo es Ceuta para vivir? "La gente tiene una idea equivocada de la ciudad. Cree que el ambiente es complicado y para nada, yo pensaba lo mismo y una vez que llegué vi que es totalmente al contrario. Es una ciudad familiar, muy tranquila y muy segura y dar este salto a liga profesional va a servir para que la gente que venga conozca cómo es Ceuta, esto le va a venir muy bien a la ciudad". Lleva temporada y media en la entidad que preside Luhay Hamido y asegura que lo que le convenció del club fue "el trato familiar, cómo te acogen, la cercanía y la sinceridad con la que te tratan".
El Ceuta ha pasado de Tercera -subió a Segunda RFEF contra el Xerez CD en el Pedro Garrido- al fútbol profesional en cuatro temporadas y Cristian lo que sería ya un hito histórico en la Ciudad Autónoma, ascender a Primera: "De jugar en La Juventud contra el Xerez y ascender a jugar el año que viene con el Sporting, el Deportivo, Málaga, Las Palmas, Valladolid... Equipos muy buenos y estadios muy bonitos. Hace dos temporadas el club se salva tras una remontada histórica, el año pasado casi ascendemos pero al final el Nástic nos elimina... Ya se le veía que estaba destinado a cosas grandes y por qué no soñar, el mundo está lleno de ilusiones y de eso se vive. Yo sueño en grande y ojalá podamos luchar por otro ascenso".
Con 29 años, aconsejó a su primo Diego recalar en el Ceuta: "Me dijeron que hablase con él para convencerlo y le conté cómo es Ceuta y el club, le dije que no se iba a arrepentir de venir aquí, que disfrutase y que seguro acabaría la temporada con el primer equipo y así ha sido, a falta de dos meses lo subieron y se ha quedado. Quedan tres partidos (la última jornada y el doble enfrentamiento con el campeón del Grupo 1 para dilucidar el supercampeon de la categoría), ya ha debutado y por qué no tener minutos y demostrar que tiene el nivel". Con un familiar cercano, se lleva algo mejor no tener a toda la familia al lado: "Soy jerezano de pura cepa, pero soy un tío muy familiar, humilde y lo que más echo en falta es mi ambiente, pero están cerca y cuando puedo disfruto de ellos".

Diego, la juventud
Diego Rodríguez, por su lado, ha participado en dos partidos desde que José Juan Romero lo subió del filial y confía en participar en alguno de los encuentros que restan. El ascenso lo ha vivido a tope, "la gente está muy ilusionada y se lo merece, ha estado toda la temporada con nosotros y no nos ha dejado caer. Lo de este equipo no tiene nombre, es increíble lo que lleva consiguiendo desde hace unos años. Dijeron que lo iban a llevar al fútbol profesional y lo han logrado. Los que subieron en La Juventud son los mismos que están ahora, el presidente, el entrenador, Edu Villegas... Yo creo que esa es la clave, tener las cosas claras y un proyecto, varios años trabajando en la misma línea".
Personalmente, "estoy muy agradecido al club; al presi; a Edu, que siempre ha estado conmigo; al míster; y a mi entrenador y cuerpo técnico del filial por confiar en mí. Yo vine para jugar en el filial, tuve la mala suerte de lesionarme, tres meses fuera, y el club se volcó conmigo, me recuperé, volví en febrero y tuve la oportunidad de subir, lo hice bien, el míster me vio apto para seguir con ellos y llevo en dinámica y este fin de semana hice 11 convocatorias. Estoy muy agradecido y muy contento porque la plantilla me ha acogido como uno más, da igual el nombre y el dorsal".
Con un año más en el Mallorca y dos cesiones a Ourense y Ceuta, no conoce aún su futuro la próxima temporada, pero no se arrepiente del paso que dio. "Mi primo fue intermediario (risas), me convenció de venirme a Ceuta y me ha ayudado muchísimo, le agradezco enormemente, tener a tu primo y lo que él representa para el grupo te lo hace todo más fácil. Es un jugador con un gran talento, de los que te dan un pase y te deja solo delante del portero, los delanteros vivimos de compañeros así".
Y a sus 21 años, quiere vivir del fútbol y sueña: "Como futbolista, intento aspirar a lo máximo. Fui al Sevilla con la ilusión de poder debutar algún día en el primer equipo, al Mallorca igual, lo he conseguido en el Ceuta y el año que viene Dios dirá, mi idea es escalar lo máximo posible y este año ya he dado un paso importante debutando en Primera RFEF y no en cualquier equipo sino en el campeón. Con trabajo se consiguen las cosas. El año ha acabado de manera muy bonita, pero es cierto que he pasado momentos muy duros, la muerte de mi abuelo, la lesión... y los que estuvieron ahí fueron mi pareja y mi familia. Para ellos va este ascenso".
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