Feria de Jerez

Bodas de plata 'viñeras' en la Feria

  • La Exaltación cumple 25 años en el Real, una de las más clásicas casetas de las 33 cofradías que están en la Feria Ayer reunió a sus mayores

La gente de la Hermandad de la Exaltación celebra 25 años con caseta en el Real de la Feria del Caballo, un cuarto de siglo currándose la celebración para conseguir los máximos beneficios, algo que hoy por hoy ha sido y es fundamental para esta cofradía; tanto que, como dic e el capataz del misterio, Lolo Tristán, el dorado del paso huele a pimientos fritos.

Está claro que trabajar los hermanos la caseta supone triplicar los ingresos en la Tesorería, pero a cambio exige "un compromiso muy duro que implica a mucha gente, hermanos entregados a la causa que se anotan a turnos de trabajo", explica el hermano mayor Manuel Tenorio, que con mandil y lamparones sale de la cocina y mira con orgullo el llenazo de la caseta, "algo que no es extraño; aquí viene la gente de la hermandad y del barrio". Eso sí "tengo que ser el primero en dar el callo, estar aquí muchas horas; hay que dar ejemplo", confiesa. No hace más que emular a los que le han precedido en el cargo ya que "a unos miles de euros no le hace asco nadie en una hermandad, aunque sea hartándote de trabajar en vez de ceder la cocina y el servicio a un restaurador".

Pasan los años, pasan las ferias y llegan a los 25 años en el Real, que no es poco, "porque esto quema mucho". Hoy por hoy, la caseta es referencia para los 'viñeros', una expresión que engloba mucho más allá de la propia cofradía; es el santo y seña de la barriada que tiene en el Paseo de las Palmeras, en la parte 'nueva' situada ante Ifeca, el lugar de siempre al que no renuncia. No es para menos gracias al plus que gana en espacio que en otro lugar no tendría. Se trata de un añadido a modo de terraza lateral, protegido del sol por un cañizo.

Este año, la hermandad ha reunido en la caseta a las señoras mayores pertenecientes a las Asociación de Vecinos de la barriada de Las Viñas; son las guardianas más fieles de lo que es el ser 'de barrio' de la corporación en el pasado, ahora y para siempre. Han sido pilares imprescindibles cuando hubo que empujar a la hermandad en tiempos difíciles. Carmela, Eli, Patri, Fátima, Pepi y por supuesto alguna Concha, son algunas de las que ayer disfrutaron de un día de feria en su casa, en su hermandad y con su gente.

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