Feria de Jerez

Reencuentro en la acampada

  • Unas 20 familias con más de 40 niños se asientan en los terrenos cercanos a la avenida Chiribitos durante esta semana para buscarse la vida en la feria con la venta de flores y tabaco.

Muchas repiten año tras año. Vienen de Madrid, de Sevilla, de Portugal, cuando empieza la primavera dejan sus casas para buscarse la vida en las ferias andaluzas con la venta de flores y tabaco. Cogen a sus niños y se convierten en familias itinerantes, se trasladan de un lugar a otro instalándose como pueden en acampadas improvisadas.Hay que reconocer que la  de Jerez, en unos terrenos cercanos a la avenida Chiribitos,  ha mejorado mucho en los últimos años:   las propias familias lo admiten. “Es la mejor acampada que tenemos de toda Andalucía”, confiesa Salvador, uno de los patriarcas, a la delegada de Bienestar Social, Isabel Paredes y al delegado de Seguridad, Javier Durá, que ayer  visitaron a las familias, junto a miembros de la Policía Autonómica, Nacional,Local y voluntarios de ProtecciónCivil.En los terrenos disponen de alumbrado público, puntos de agua y de recogida de basura, con el fin de asegurarles unas mínimas condiciones de limpieza y seguridad durante los días que permanecen en Jerez. 

 

Son alrededor de 20 familias, con más de 40 menores, que para el Ayuntamiento se convirtieron hace ya años en la prioridad con el fin de evitar que en la Feria campase a sus anchas la mendicidad infantil. Paredes yDurá saludan a los hombres y mujeres que en distintos corros  pasan las primeras horas de la mañana buscando la sombra en la acampada, aguardando la llegada de público al recinto ferial. “Estamos esperando esto de año en año para poder comer”, comenta alegre una de las mujeres. 

 

 Los delegados se dirigen después al módulo educativo que desde años se instala para mantener ocupados y entretenidos a los más pequeños, una especie de ‘escuela’ donde trabaja con ellos un equipo de educadores de intervención con menores. Francisco Javier Roldán, miembro de la  empresa Genatur, que se ocupa con actividades de estos niños, afirma que este año se han encontrado con más pequeños que en otras ocasiones. “Otras veces no hemos llegado a treinta pero yo creo que como llevamos ya muchos años con el programa, nos conocen y las familias están contentas con la intervención que se hace, nos mandan a más niños”. El módulo abre desde las diez de la mañana hasta la una de la tarde. “A primera hora lo que se hace es trabajar el tema de higiene con ellos, y también el desayuno.Después hacemos actividades de exterior, y dentro de las instalaciones nos dedicamos más al tema de las fichas educativas. Cada día lo dedicamos a un taller manual: bien hacer pulseras, pintura”.  Muchos de los niños han venido otros años y en cuanto llegan no hace falta convencerles para que acudan a la ‘escuela’. Los hay de todas las edades, porque aunque las actividades están pensandas para menores de entre cuatro y quince años “tenemos a algunos que ya son adolescentes. Vienen porque nos conocen y no les vamos a echar”. El calor a las doce del mediodía es insportable y en previsión de la que se avecina para hoy, los monitores ya piensan en ofrecer a los niños algún tipo de juego con agua para mitigar las altas temperaturas.

 

En el engranaje para que en la acampada todo se desarrolle con normalidad y que las condiciones de la estancia de estas familias sean las adecuadas tienen también un papel importante las mediadoras interculturales delCentro de Acogida de Inmigrantes (Ceain).Teniendo en cuenta que  en la acampada suele producirse una mezcla de culturas, la labor de estas personas es necesaria para que no haya problemas en la convivencia ni barreras linguística,  explica la delegada de Bienestar Social.

 

De cara a la acogida, a las familias se les facilita información sobre los servicios que ofrece la ciudad, atención directa con presencia diaria de varios profesionales, educadores y atención social, para cualquier demanda o necesidad que planteen. Todo ello incidiendo siempre en la denuncia de la mendicidad infantil, por medio de una intensa campaña en la que se difunde un mensaje claro. ‘Dí no a la mendicidad infantil, actúa y denuncia, es tu obligación’. 

 

Semanas antes del inicio de la Feria se pone en marcha un trabajo coordinado entre varias delegaciones para preparar el programa de acogida a estas familias. Se allanan y limpian los terrenos donde harán la acampada, se instalan los puntos de agua, de recogida de basura, las cabinas de servicios y este año también se ha pensado en la instalación de ventiladores en previsión de las altas temperaturas.

 

El delegado de Seguridad destaca también el esfuerzo de coordianción de los distintos cuerpos policiales para impedir la mendididad infantil. “Para ello se facilita que los cuerpos de seguridad implicados, Policía Local, y Cuerpo Nacional de Policía, junto con la Policía Autonómica, en quien recae la competencia de la protección de los menores, compartan espacio físico en una misma caseta a fin de incrementar la operatividad y agilizar la instrucción de las diligencias y trámites oportunos, en los casos pertinentes”.

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