La crónica del sábado

Sábado de despedidas, familias y visitantes

  • El último día de Feria transcurre en medio de buen ambiente, fiesta hasta altas horas de la madrugada y con mucho turista en el Real

Ya no puedo más. Con esa idea, con la del deber cumplido, muchos se marcharon ayer del Real, convencidos de haber disfrutado y gozado de una Feria perfecta. Contar con este doble sábado tiene estas cosas, y mientras unos aprovechan para exprimirla al máximo, para otros es como si se tratase de aquellos domingos de antaño con turistas, visitantes y familias enteras desfilando por el albero. Fue esa antítesis la que convivió ayer por el Hontoria, donde el viento, se hizo notar por primera vez con fuerza en toda la semana levantando polvaredas y remolinos incómodos para todos. Por fin el camioncito del riego, innecesario pero in situ, durante toda la semana, sirvió para algo.

Con gran ambiente, sí es cierto que ayer, al contrario que jueves y viernes, se podía encontrar espacio en muchas casetas, donde se notó un aire un poco más familiar, sobre todo por una mayor presencia de niños. Tampoco se ausentó de esta cita clásica el turista más rancio, ese que avanzaba en verdaderas oleadas por el paseo principal tras acabar de bajarse del autobús en plena Avenida Álvaro Domecq. Con buena protección para el sol, bolso al costado y móvil, mucho móvil para grabarlo todo, se adentraban en el Real intentando esquibar las continuas propuestas de los cocheros para pasear en carro.

El presidente de Endesa, Borja Prado, fue una de las caras conocidas del día

Por cierto, está claro que este sábado no tiene nada que ver con el de antes, y a nivel de caballos, más carros de alquiler que otra cosa (Con los carruajes que se veían antes un sábado de Feria...). Caballistas hubo, pero no con esa consistencia de otros días. No obstante, alguna que otra jaca llamativa desfiló por el paso.

Entre grupo y grupo, una despedida. Eso de celebrar la despedida de soltera en plena Feria también motiva. Fueron varias las que se cruzaron por el paseo, siempre bien identificadas, o bien con camisetas alusivas o bien con accesorios de todo tipo (mejor no entrar en detalles).

No faltaron las caras conocidas, en parte porque la despedida de Juan José Padilla en la plaza plaza de toros. Así, pudimos ver en Endesa, al mismísimo presidente Borja Prado, al que le acompañaban el jerezano Miguel Arias, Mauricio González-Gordon y Huberto Domecq, entre otros.

El sábado, ya se sabe, es también un día distinto en horarios. El público joven desembarca al filo de las cinco o seis de la tarde, preparando ya una noche intensa, la última de este 2018. Por ello, muchas casetas retrasaron las habituales actuaciones vespertinas hacia horas más tardías. No por ello la fiesta bajó decibelios, a veces bajo el modo de rumbas, sevillanas o bulerías y otras, con grupos tipo Mundos de Yupi o la Banda del Pelícano, que se salen de lo tradicional, pero, que a mí entender, no desvirtúa la feria (debe haber de todo). Otra cosa es la discoteca o esas casetas-pubs que comienzan a reproducirse con rapidez por la Feria.

El día y la tarde fueron largos, pero la noche también. Aún así, no se asuste si se encuentra a alguno por ahí cuando se levante esta mañana para desayunar, paseando o sacando al perro. La feria es una vez al año. Como es norma: Hasta el que viene. Y esta vez sin motos...

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