Feria de Jerez

El triunfo de Fandi y Castella le quedó grande a la tarde

  • El granadino suma un trofeo de cada toro y Castella desoreja al sexto, saliendo ambos por la puerta grande · Ponce se va de vacío con un lote sin contenido

Emotivo arranque del festejo con la plaza en respetuoso minuto de silencio. Se lidiaban los toros de Juan pero Domecq cuya perdida ha conmocionado al toreo y a Jerez.

No se puede escribir la historia de la cabaña brava española, y del toreo, sin dedicar un capítulo a esta personalidad, una de las más influyentes en el mundo de la lidia en los últimos cuarenta años.

La pena fue que la corrida de su ganadería, en plaza tan significativa ganadera y familiar y ser teatro del buen juego de juampedros legendarios, no ha dado el juego apetecido, sin aportar  emoción a un festejo a ratos  largo y tedioso.

El peor parado fue Ponce, con un lote plano. Ambos toros no tuvieron fuerza, ni entrega, ni clase ni chispa. El valenciano brindó su primera faena a Juan Pedro Domecq Morenés, pero no pudo pasar nada, en dos faenas igual de aburridas por el parejo comportamiento de sus dos toros, insulsos y   sin raza.

Solamente pudieron triunfar Fandi y Castella: el primero por la mínima, con una oreja en cada toro en un triunfo menor. El de Granada sí que le puso ganas a su primero, lo paró de una larga, banderilleó con el aplauso del público a la moviola y al violín y bien que atacó con la pañosa. El toro, noble como todo el encierro pero sin transmitir al tendido y el torero afanoso y con deseos de agradar, pero sin que la obra alcanzara el vuelo de la calidad.

A su segundo también le cortó la oreja por su entrega, porque la verdad es que hubo muchos pases  en un trasteo acelerado, pero poco para el paladar con un toro jabonero que se empleó más.

Más nivel tuvo Castella aunque no faltaron los borrones del desarme y el enganchón en sus faenas. Ante su primero, que amagó con irse pero que embestía muy despacio para el natural, le cuajó algún muletazo con la zurda de sensación en una faena de excesiva parsimonia.  En el arrimón final estuvo firme y muy cerca del noble animal, pero malogró su expuesta labor con la espada.

Otros aires tuvo el sexto,  melocotón. En la muleta el toro escondía la cara entre las manos en los cites y fue molesto por rebrincar la embestida. Un toro que daba la impresión de que guardaba un peligro sordo que tampoco transmitía al tendido. Pero tuvo buen pronóstico y el matador brindó al público. Sin embargo tras los espectaculares pases cambiados iniciados con un cite largo, afloraron los problemas. Castella no se amilanó y fue fiel al toreo que ofrece,  hasta adentrarse con descaro en la jurisdicción del toro, dejando llegar mucho al animal y aguantando algún parón a dos dedos de la encornadura. El esfuerzo tuvo el premio de las dos orejas y la llave de la puerta grande junto a El Fandi, final triunfal  que le vino grande al festejo.

Corrida de toros de abono segunda de feria de jerez

Ganadería. Seis toros de Juan Pedro Domecq, con divisa de duelo y correctos de presencia. Otra cosa fue el juego, un encierro bajo de casta y raza, de poca fuerza y muy poca chispa, que aportó poca emoción a la lidia.  Matadores: Enrique Ponce, de carmín y oro, estocada muy baja (Saludos) y pinchazo y casi entera (Palmas). El Fandi, de esperanza y oro, estocada caída (Oreja) y estocada tendida (Oreja). Salió a hombros. Sebastián Castella, pinchazo hondo, pinchazo, otro hondo y estocada baja (Saludos) y estocada traserita (Dos orejas). Salió a hombros.  Incidencias. Un tercio de plaza en tarde cubierta alguna lluvia al final del festejo. Se guardó un minuto de silencio en memoria de Juan Pedro Domecq y las víctimas del seísmo de Lorca

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