Feria de Jerez

Jueves de contrastes en el Real

  • El ambiente en la Feria fue muy discreto durante el mediodía pero se animó según avanzó la tarde · Los políticos ‘desaparecieron’ del González Hontoria al suspenderse la campaña en solidaridad con Lorca

A la pregunta de “¿cómo está la Feria este jueves?”, las respuestas que podían encontrarse ayer eran casi tan variadas como los trajes de flamenca que se vieron por el Real. Con actos suspendidos en solidaridad con las víctimas de Lorca, los políticos pasaron ayer a un segundo plano y la Feria se quedó tranquila de campaña para que jerezanos y visitantes pudieran disfrutarla. Pese al cielo gris que parecía anunciar lluvia, lo cierto es que el bochorno hacía a ratos insoportable permanecer en el interior de las casetas pero, al salir de ellas, más de uno deseó (aunque sólo fuese un instante) que lloviese un poco para asentar el albero que ayer se convirtió en una pesadilla para los alérgicos.

En las casetas el ambiente fue creciendo según avanzaba el día y así, tras un mediodía más tranquilo de lo habitual en un jueves de Feria, por la tarde el Real se fue animando. En esta jornada, eso sí, pasó como en las anteriores: poco a poco muchos jerezanos han ido cambiando los platos de gambas y de jamón de pata negra por otros más discretos aunque (igualmente sabrosos) como pinchitos, serranitos y similares. Los había, incluso, aquellos que decidieron salir a pasear en familia pero ataviados con sus trajes de flamenca y sus fiambreras bajo el brazo para comer en cualquier rotonda del Real. Y, por supuesto, los jóvenes siguieron prefiriendo acercarse a los puestos de comida rápida donde, a ratos, podían verse colas. Después, para estos jerezanos, la Rosaleda fue parada obligada para hacer botellón, pese a que esta práctica está prohibida.

Sin embargo, aunque la economía aprieta y no todos pueden permitirse una copiosa comida, lo cierto es que pocos son los que renunciaron a tomar un rebujito o un buen vino de la tierra. Y las jarras, ayer como días atrás, volaban por encima de las mesas para refrescar al personal. Mientras tanto, por las calles del Real, hubo quien echó en falta más enganches y caballos aunque los trajes de flamenca sí se vieron por cada esquina del González Hontoria.

La sensación para los que ayer pasearon por la Feria es que, con la que está ‘cayendo’, muchos se lo piensan concienzudamente antes de pisar el González Hontoria. No cabe duda de que con la crisis aún apretando no todos pueden disfrutar de la semana completa de Feria. Aun así, lo cierto es que caseteros, vendedores y feriantes se han ‘apretado’ este año el cinturón y los precios, en muchos casos, pueden encontrarse rebajados (si se buscan). Por eso, no es de extrañar que, por ejemplo, la Caseta de los Mayores se haya convertido en una parada obligada para los que no renuncian a comer en la Feria aunque sea, al menos, un día.

Igualmente, otras casetas tradicionales y conocidas por sus menús lograron ayer estar llenas, pero en otras tantas se echó en falta la afluencia de otros días. Mientras tanto, se espera que hoy viernes se pueda vivir un día grande en el Real si el tiempo lo permite, tras el ‘susto’ que dio ayer la tímida lluvia al anochecer. Es previsible que, tras suspenderse las clases escolares y con la tarde del viernes libre para muchos trabajadores, muchos opten por disfrutar de esta jornada en la Feria, tras haber ‘ahorrado’ en días anteriores. A esto se unirá también que muchos visitantes podrán desplazarse a Jerez en el inicio del fin de semana para pisar un año más el albero del parque González Hontoria. No obstante, no se puede olvidar que en la ciudad vecina de El Puerto también están ahora de fiesta con la celebración  de su Feria por lo que algún que otro habitual de Jerez podría repartir el fin de semana para visitar ambos festejos.

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