Feria de Jerez

Nos vemos en el Rincón Cherokee

  • La caseta del Moto Club Cherokee es, desde hace 16 años, el punto de encuentro alternativo de la Feria Su mezcla de estilos la convierten en un lugar único en el Real

Hay un rinconcito en el Real que desde hace 16 años se viste de negro. De su techo cuelga una moto y mezcla sevillanas con rock y heavy metal. El Rincón Cherokee, además de una caseta, es el punto de encuentro alternativo de la Feria. Siempre portando sus característicos chalecos de cuero, el principal propósito de los socios del Moto Club Cherokee es que todo feriante que ponga un pie en su caseta se sienta tan a gusto como en su propia casa. Moteros, heavies, rockeros, punkies, hippies, pijos, niños, abuelos e incluso algún que otro vikingo pueden verse en la caseta, pues el Rincón Cherokee es un lugar donde conviven personas de estilos muy dispares y donde se respira buen rollo por los cuatro costados.

"El primer año que la montamos fue en el 2000 y fue de rebote. Faltaban tan sólo tres días para que fuera el alumbrado cuando de repente nos llamaron del ayuntamiento diciendo que si queríamos quedarnos con una caseta que le había fallado a última hora. Llevábamos varios años esperando a que nos la concedieran, y aunque era una locura hacerlo todo tan precipitadamente, decidimos arriesgarnos. Al final la jugada nos salió tan bien que desde entonces la montamos cada año", explica Pepe Hermosín Iniesta, miembro de la junta directiva y socio fundador del Moto Club Cherokee. Aquel año ocuparon el lugar de la caseta de la CGT, quienes le dejaron gran parte del mobiliario montado, entre otras cosas, la portada. "Su caseta se llamaba 'Rincón Libertario' y nosotros no teníamos ni tiempo ni dinero para cambiar casi nada, así que tuvimos que hacer un apaño y pegar un vinilo con la palabra 'Cherokee' sobre 'libertario'. Y así fue como nació el nombre de nuestra caseta: Rincón Cherokee", cuenta Pepe. Los dos años siguientes la caseta fue cambiando de sitio hasta llegar, definitivamente, en 2003, a su emplazamiento actual.

Pero, ¿qué es lo que lleva a un club motero a montar una caseta en la Feria?. "Por aquél entonces lo habitual era que las asociaciones pusieran su caseta, no como ahora, que el 90% pertenecen a profesionales de la hostelería. Nosotros, más que un club motero, somos una asociación. El vínculo que tenemos en común son las motos, pero oficialmente estamos dados de alta como, por ejemplo, cualquier hermandad. La caseta es una forma de financiar las actividades que hacemos durante el resto del año y los gastos de mantenimiento de la sede", aclara.

Aparte de los intereses económicos, el principal motivo por el que estos moteros decidieron ponerse detrás de la barra cada mayo era el deseo de tener una caseta en la que estar a gusto con sus amigos. Este espíritu de compañerismo ha ido perdurando con el paso de los años y contagiando a todos sus clientes. "Yo creo que la gente se siente a gusto en el Rincón Cherokee, sobre todo, por el trato. Nos gusta recibir a la gente, darle un buen servicio y atenderlos como si fueran invitados de nuestra propia casa.", puntualiza Pepe. Y es que en esta caseta todos los socios arriman el hombro. Reparten las tareas según las habilidades y disponibilidad de cada uno y, juntos, sacan adelante una semana de disfrute.

Además de por el trato, los feriantes acuden al Rincón Cherokee por la música, muy diferente a las del resto del Hontoria. Durante el día se escucha flamenco, pero en cuanto llegan las 12 de la noche la caseta se transforma. "A medianoche, para anunciar el cambio de estilo musical, ponemos la canción de 'Las campanas del Infierno', de ACDC. Desde ese momento suena pop de los 80, rock clásico, heavy...pero nada de reggaeton", explica Pepe. Pero en este rincón motero no sólo se escucha buena música, sino que se come de rechupete. Tienen tres platos estrella: el chili con carne -cocinado a partir de una receta de un antiguo socio indio-americano-, las cabrillas picantes y el cherokito. "Toda la comida es casera. Es cierto que no somos una caseta que vaya a competir con restaurantes de categoría ni te vaya a servir gambas de huelva ni jamón de pata negra, pero nuestros precios son populares y los menús oscilan entre los 15 y 20 euros. Hay grupos que reservan año tras año para hacer su comida de empresa o familiar aquí", cuenta.

Este club, fundado hace 24 años por cuatro amigos enamorados de las motocicletas, es un referente tanto en Jerez como nacional e internacionalmente. Cada año lo visitan clubes de Alemania, Francia, Portugal, Suecia y otros lugares del mundo, con los que comparten experiencias y a los que les devuelven las visitas. Su nombre fue idea de un socio muy querido cuya moto dejó de rugir junto a ellos hace tiempo. Su padre perteneció a la tribu Cherokee y, en su memoria, se llamaron como ellos. Invitan a todos los que compartan su pasión a conocer de cerca su asociación, y durante esta semana, que nadie se vaya de la Feria sin compartir un rebujito y un rock con ellos.

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