Festival de Jerez

Facultades para soñar

  • La guitarra de Santiago Lara, todo un lujo para cualquiera, fue un apoyo considerable para cantaor

Con la mirada perdida, la cabeza agachada y tenso a más no poder. Así entró El Londro a la sala del Palacio de Villavicencio, una sala repleta de amigos, aficionados y artistas. Miguel Poveda, Mercedes Ruiz, Juan Diego, Paco Lara, Francisco Javier Ibáñez, Melchora Ortega y Paco Cepero, entre otros, vivieron in situ el recital del cantaor.

Preso de los nervios, Miguel cuajó una tarde de altibajos. Unas veces estuvo punzante y arrollador, y otras más plano o menos pujante, pero aún así al artista hay que agradecerle su extenso conocimiento del cante y sobre todo su atrevimiento. Porque no muchos son los que tienen las agallas de interpretar marianas, peteneras o serranas en acústico.

En los primeros compases supo controlar su nerviosismo. Por caracoles se mostró impasible rematando el cante con mucha suficiencia y destapando letras nuevas, que también son necesarias.

Igual de melódico y contundente completó las serranas. Sabe bien con qué se maneja y por eso se permitió el lujo de aligerar el ritmo habitual. Las serranas es un cante que se estila poco en estos lares, pero El Londro las supo acompasar con mucho temple gracias a ese quejío corto y a la vez consistente. La guitarra de Santiago Lara, magnífico durante toda la noche salvo alguna que otra vez que extendió en exceso sus falsetas, contribuyó a dar ese toque contemporáneo a la pieza. Contar con una sonanta de este calibre es para cualquiera un lujo.

En la misma línea de sorpresa, Miguel pasó a interpretar algo menos jondo, un tema de Rafael Farina, 'Vino Amargo', que ha versionado para su disco. Su voz aguda, capaz de ornamentar cualquier estrofa, le ayudó a dar ese toque fresco y dulce al mismo, una circunstancia nada fácil pues la pieza en sí contiene subidas y bajadas continuas. Ovación.

Comprometido hasta las cejas, se metió por soleá. "Se las quiero dedicar a Paco Cepero, al que le estoy muy agradecido por colaborar en mi disco", dijo. Entonado, El Londro ofreció una amalgama de estilos en este palo, otro ejemplo más de su abanico de posibilidades, destacando la soleá de Rosalía de Triana, a la que dio un toque muy personal.

"Voy a hacer ahora peteneras, un cante que ha sido maltratado", continuó. La mano de Santi Lara se hizo notar también en este palo y en el siguiente, mineras rematadas por marianas. El Londro complicaba más si cabe su actuación cada minuto que pasaba. El cante por mineras fue de lo más trabajado, aunque ganó en espesura con la mariana compuesta por David Lagos, cuyo remate final, muy pegadizo y en ritmo de tangos, levantó al público de sus asientos.

Por fandangos, dedicados esta vez a Miguel Poveda, "que es como un hermano para mí", el jerezano sólo hizo dos letras. En la primera, de Cepero, sufrió para liquidarlo, no así en el segundo, del Pichichi, una de las notas más atractivas de su recital.

Mucho más relajado ya acabó por bulerías, esta vez con dedicatoria para su pequeño Curro. Fue otro grano de arena a su actuacion, ya que tuvo tiempo de hacer los clásicos cantes de Jerez, cantes festeros, cantes plazueleros y hasta alguno que otros versos por cuplé. Mimó cada estrofa y se ganó a pulso los aplausos. Miguel se había reivindicado, sin embargo, no pareció haber disfrutado del momento hasta el final cuando aparcó la tensión. Ahora ya sólo falta ver su disco en la calle, lo demás se lo había merecido.

Cante: Miguel Ángel Soto Peña 'El Londro'. Guitarra: Santiago Lara. Palmas: Carlos Grilo y Luis Cantarote. Lugar: Palacio de Villavicencio. Día: 8 de marzo. Aforo: Lleno.

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