El flamenco y el jazz se unen en una noche con aires norteamericanos, parisinos y jerezanos gracias a la actuación de Jorge Pardo, un artista bohemio y de gran personalidad, un compositor que lo mismo interpreta un swing de los ‘felices años 20’ de New York, que unas alegrías gaditanas. Por algo ha sido nombrado no hace mucho como el Mejor Músico Europeo de Jazz. 

En Sala Paúl mostró su nuevo trabajo discográfico ‘Huellas’, una serie de creaciones que simulan los surcos, las señales y cicatrices de la vida del autor. 

Comenzó por alegrías para “calentar motores”, derrochando personalidad en cada nota musical. Un extraordinario Juan Peña, percusionista de la noche, supo motivar al músico madrileño que prosiguió con una soleá titulada ‘Maid María’. En este título acaparó gran importancia el guitarrista Juan Diego, jerezano que alterna el flamenco y otras músicas, pero que cumplió con la función de aflamencar la actuación. Otro de los acompañantes de Jorge Pardo fue Joao Frade, un portugués que seguramente no imaginaba nunca que su música formaría parte de un Festival de Jerez. Es lo que tiene la globalización cultural.

Temas como ‘Chungali’, ‘Puerta del Sol Express’ iban caldeando el ambiente y animando a un público entregado y multicultural.Entre tema y tema los acompañantes hacían de las suyas con un Juan Diego Mateos sublime y aplaudido durante varios minutos. El propio Pablo Báez quiso deleitar con el contrabajo causando sensación, y es que no es habitual encontrar por las cercanías a ese tipo de músicas o instrumentos. 

Durante la noche Jorge iba derrotanto a tópicos y algún que otro prejuicio creado en torno a la apuesta del Festival. El madrileño se ganó al público con una propuesta conceptual y cargada de connotaciones universales, aunque siempre con ese aire flamenco que defiende. 

De la Frontera

Huellas

Saxofón y flauta: Jorge Pardo. Guitarra: Juan Diego Mateos. Acordeón: Joao Frade. Percusión: Juan Peña ‘Chispa’. Contrabajo: Pablo Báez. Día: 23 de febrero. Lugar: Sala Paul. Aforo: Casi lleno.