La crítica

El genio que se hace cante

Entrada la madrugada del martes, La Guarida del Ángel recibe a uno de los cantaores con más adeptos de la actualidad jerezana. Si el Festival de Jerez, en su programación oficial, está dedicado en mayor parte al baile y a la danza española, aunque también se puede disfrutar de buen cante, en el local de calle Porvenir la oferta de voces flamencas es inmejorable. Ya han pasado por el escenario del recinto cantaores como Dolores 'Agujetas' o la música de José Soto 'Sorderita' y quedan por pasar otros como Tomasa Guerrero 'La Macanita', a la que por cierto hace tiempo que no se le ve por Jerez, o Manuel Moneo, entre otros grandes.

Pero la cita a la que nos ceñimos en esta crónica no es otra que la de un genio del panorama flamenco. Se trata de un ser de extrema sensibilidad transmisora que apenas deja indiferente a nadie, que como buen artista, crea un lenguaje propio con el que remover los sentimientos de quienes escuchan. El resultado final no es otro que la sensación de vacío interior, en el buen sentido, porque Antonio te lo ha robado todo. Y eso que es un cantaor generoso, pues da todo lo que tiene y canta hasta no poder más.

El público estaba expectante. La sala se llenó de más de cien personas, y eso que la actuación comenzó a la medianoche de un día laboral. Artistas y compañeros como Diego del Morao, Joaquín Grilo, Juan Zarzuela, José Ignacio Franco o el bailaor José de los Reyes 'El Rin' no quisieron perderse la cita. Tampoco faltó esa legión de jóvenes flamencos que hasta decían a la salida que "le tendríamos que hacer una peña a Antonio". Los compañeros de los medios de comunicación prefirieron dejar para más tarde las ansiadas horas de descanso y acudieron a la cita para comprobar que lo que ya muchos hablan sobre el hijo de Manuel 'Agujetas' es cierto. Una decena de fotógrafos buscaron en el rostro del cantaor esa expresión desgarradora para incluir en sus archivos.

Antonio de los Santos Bermúdez, nombre de pilas del cantaor de La Plazuela, pone en práctica la expresión de que "para cantar bien, hay que sufrir", que decía su antepasado. Si hacemos un recorrido por su historia de vida, son sin duda los malos momentos los que hacen de su eco una flecha de fuego que atraviesa la piel. Se acompañó de una guitarra expresiva y clásica, escuela del toque de Jerez, además de familiar directo, Domingo Rubichi.

Se le veía disfrutar como un cosaco cuando Antonio hería por soleá o malagueñas haciendo honores, a la vez, al cante de Manuel Torre. O en los fandangos de su casa que tanto gustan. Descansó poco, su sangre cantaora le hace ser aficionado, por ello le gusta estar en el escenario. Tarantas, seguiriyas o martinetes fueron también interpretados por el protagonista. El público estaba al cien por cien y disfrutaba a la vez que sufría los quiebros del cantaor. Por bulerías, con el buen compás de José Rubichi y José Peña, terminó su actuación para dejar constancia de que, como dijo al que escribe en una entrevista previa, "el cante puro no se va a perder".

Cante

antonio agujetas

Cante: Antonio Agujetas. Guitarra: Domingo Rubichi. Palmas: José Rubichi y José Peña. Día: 22 de febrero de 2016. Lugar: Guarida del Ángel. Aforo: Lleno.

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