Sistematizar algo que se aprende de oído es la principal reto del joven Víctor Díaz Lobatón, quien presentó ayer en la Bodega San Ginés el libro La armonía en el flamenco. El jerezano estuvo acompañado por el profesor del Conservatorio de Jerez y guitarrista Luis Balaguer. 

Díaz Lobatón dejó claro desde el primer momento que esta primera obra es “bastante técnica” y por ende “no es exclusivamente para guitarristas sino que va para otro tipo de músicos, bajistas o pianistas, que quieren aprender flamenco y no saben por dónde meterle mano. Desde el punto de vista musical trato las armonías, el tipo de acordes que se utilizan, dónde se cambia de acorde, qué acorde tengo que hacer dependiendo de la melodía del cantaor...”.

El libro en sí viene acompañado de un cd en el que se pueden oír hasta noventa y seis ejemplos musicales “que vienen con cante y guitarra y solamente cante para que el músico que esté leyendo el libro pueda practicar esos cambios sólo con el cantaor”.

Para darle forma, el escritor ha tenido que recorrer diferentes etapas del flamenco “desde los años veinte hasta el año 2000, aunque también he hecho algunas audiciones más actuales”.

Luis Balaguer, por su parte, insistió en que “cuando recibí noticias de este libro comprobé que contenía un planteamiento novedoso con respecto a todo lo que se había publicado hasta ahora relacionado con el mundo del flamenco”. Asimismo, señaló que “este método no está hecho para esa gente que conoce el flamenco porque tiene contacto con él, sino para músicos de Estocolmo o Toronto que pueden acceder a él de manera más sistemática”.

 El mismo guitarrista defendió en su intervención la importancia del conservatorio en el músico flamenco actual y recalcó que “desafortunadamente aún sigue habiendo mucha gente que cree que el guitarrista de conservatorio y el flamenco son diferentes”.

Por último, Díaz Lobatón explicó que “existe todavía un vacío muy grande entre cómo se aprende el flamenco y qué sistema se utiliza. Hay uno basado en la tradicional oral, pero hay otro, sobre todo para la gente que no ha tenido la posibilidad de mamar el flamenco, está este tipo de método. Lo ideal es tener de las dos cosas, pero desde el punto de vista del no flamenco he tenido que utilizar este sistema para enseñarlo u transmitirlo”.