Beyoncé, Shakira o Jennifer López suelen encontrarse en los primeros puestos de las listas de 'divas de la música' más actuales junto a Lady Gaga o la más elegante Adele. Todas ellas, mujeres que se han convertido en estrellas en poco tiempo gracias a una o dos canciones de éxito que las han catapultado a lo más alto, donde saben mantenerse con más o menos acierto. Pero para trascender en la historia de la música no solamente hacen falta varios hits o una carrera construida a base de ellos; ni siquiera basta, aunque suene contradictorio, una buena voz: para convertirse en un icono, hay que tener algo especial, un carisma que permita a los demás recordarlas. Y eso es lo que poseían estas privilegiadas 'damas'.

Precisamente a Chavela Vargas costaría, al menos en apariencia, calificarla como una dama, como alguien femenino. Su indumentaria siempre fue marcadamente masculina y se comportaba como un hombre en un momento en el que eso suponía erigirse como una figura transgresora (algo que se incrementó al final de su vida cuando se declaró lesbiana): gestos que pretendían denunciar el machismo imperante y que se reflejaban en un modo de cantar muy particular, con una voz rota y pausada que únicamente acompañaba de una guitarra. En cierto modo, una abanderada del feminismo, causa a la que también contribuyó Aretha Franklin, incluida en la lista de los 100 cantantes más grandes de todos los tiempos elaborada por la revista Rolling Stone. Porque la primera mujer en entrar en el Rock and Roll Hall of Fame no solamente destacó por cambiar decisivamente la línea del soul, sino por usar su poder mediático para luchar a favor del movimiento racial estadounidense.

Si alguien sabe de estilismos imposibles es Cher, que a punto de retirarse a sus 68 años tiene un Óscar, un Grammy, tres Globos de Oro, un Emmy y un premio a la mejor actriz en el Festival de Cine de Cannes, además de haber vendido más de 180 millones de álbumes en solitario. Una artista polivalente con una personalidad única que ha sabido reinventarse con el paso del tiempo y que, por supuesto, ha marcado una época (solamente hay que ver a Madonna o a Lady Gaga).

Pero si se habla de garra y estilo propio, de matriarcas de la canción española, no puede obviarse a las andaluzas Lola Flores y Rocío Jurado. Ambas se prodigaron en el cante flamenco y en la copla pero lo que las hizo únicas fue su pasión a la hora de subirse a un escenario, plasmado en sus gestos impetuosos y en una energía que traspasaba cualquier posible barrera, encandilando al público.

Carisma. Fuerza. Autenticidad. Características comunes a mujeres muy diferentes entre sí que, en muchas ocasiones, fueron políticamente incorrectas. Mujeres que marcaron épocas y estilos y que supieron alzar sus voces para cantar por lo que creían.