En las inundaciones del año 96 se optó finalmente por derribar el azud de El Portal y en cuestión de 24 horas se logró evacuar todo el agua acumulada en la zona rural, en los márgenes del Guadalete. Ahora que la situación es muy similar a la de entonces, Asaja no entiende a qué están esperando las autoridades para meter una retroexcavadora en el río y tirar el dique, ya que lo único que ha cedido hasta ahora, y que propició una bajada del cauce de 20 centímetros, es la parte de la estructura diseñada para derrumbarse con la presión del agua.

“El azud es la causa de que después de dos días sin llover siga todo inundado”, aseguró ayer el presidente de Asaja-Cádiz, Manuel Vázquez, quien al igual que el secretario de la organización, Cristóbal Cantos, considera que su derribo es tan “necesario” como “urgente”, y “que no nos cuenten historias para no dormir sobre las mareas, porque la cota del río está por encima”, luego el Guadalete “evacuará con más o con menos intensidad –en función de si la marea está alta o baja–, pero evacuará”, puntualizó Cantos.

Además, Asaja aclara que el coste de reconstruir una vez remita el temporal el azud –que cabe recordar que es un dique en el río a la altura de El Portal para garantizar los riegos a la Costa Noroeste– sería muy inferior al que tiene mantener 1.500 hectáreas de cultivos de la zona regable bajo agua.

La patronal agraria hizo ayer balance de los efectos del temporal tras una semana de lluvias en la provincia, en la que si bien hay daños generalizados, y que son imposibles de cuantificar aún, la peor parte se la llevan los valles del Guadalete y el Guadairo, es decir, la campiña jerezana y el Campo de Gibraltar.

Junto al problema del azud, el presidente de Asaja-Cádiz, Manuel Vázquez aludió a los problemas de infraestructuras, principalmente en las redes de riego y en los caminos de acceso a las explotaciones, que acusan la falta de mantenimiento y están impracticables, lo que impide alimentar al ganado que ha quedado aislado y que corre peligro de perderse.

En cuanto a los cultivos más afectados, Vázquez citó la zanahoria y la remolacha en la zona del Guadalete, mientras en el Guadairo se ha perdido más de la mitad de la cosecha de cítricos, unos 10.000 kilos, que suponen una pérdida para el agricultor de casi dos millones de euros y de 12.000 jornales entre la mano de obra en el campo y la de almacén.

El resto de los daños no se puede cuantificar aún, pues todavía se está recabando datos entre los afectados, a los que la organización agraria dirigió ayer una circular para que informen del alcance del temporal y la riada. Pero conocer el alcance real llevará días.

Entre tanto, Asaja-Cádiz confía en que las administraciones púbicas arbitren otras medidas urgentes para aliviar la situación y evitar males mayores, si bien Vázquez y Cantos echan en falta la coordinación con las autoridades que sí hubo en la anterior riada. Desde entonces, la organización agraria lamenta que no se haya hecho nada para evitar lo que ahora muchos lamentan. Tras las inundaciones del 96 se pidió la sustitución del azud fijo por uno móvil, pero a pesar de contar con dotación presupuestaria en distintos ejercicios, el proyecto no se ha llevado a cabo, denunciaron ayer Vázquez y Cantos, quienes lamentaron que la limpieza del cauce del río y otras infraestructuras necesarias se hayan quedado en lo mismo, en “simples promesas electorales”.

Cuando las aguas vuelvan a su cauce, Asaja-Cádiz retomará la reivindicación del azud, pero ahora urgen otras medidas, como la del arreglo de los caminos rurales o la correcta regulación y gestión del trasvase del Guadiaro al Majaceite, que en los días de fiesta ha funcionado bastante por debajo de su capacidad, dejándose escapar gran cantidad de agua que ha ido a parar al mar.

Esta anomalía, que ha agravado las inundaciones en la zona del Guadiaro, es incomprensible en una cuenca deficitaria como la del Guadalete, en la que el embalse del Guadalcacín aún tiene capacidad sobrada para almacenar agua de las lluvias, del trasvase y de otros pantanos como el de Bornos, que tras su desconexión del de Guadalcacín tiene que desembalsar al río.

Asaja también va a solicitar a los alcaldes de las zonas afectadas –entre las que también se encuentra la Costa Noroeste, en este caso por el viento que se ha llevado paños enteros de invernaderos– la declaración de zona catastrófica para faciltiar la llegada de ayudas y otras medidas fiscales, pero lo primero ahora es solucionar el problema del agua acumulada, y “lo más urgente es quitar el tapón al río para que desagüe”, insistió Cantos, quien advirtió de que “las horas que ganemos son fundamentales, porque seguimos bajo amenaza de lluvias hasta el fin de semana”.

Por su parte, la Coordinadora de Organizaciones Agrarias y Ganaderas (Coag) también ofreció ayer un avance del impacto del temporal en el campo que, en líneas generales, coincide con el balance de Asaja, ya que alude a destrozos en cultivos e infraestructuras de la provincia, aunque con especial incidencia en Jerez, Arcos y San Martín del Tesorillo (Campo de Gibraltar).

En cuanto al desbordamiento del río Guadalete, Coag también señala en su nota informativa a la falta de limpieza del cauce, en gran medida motivado por los “abusos” de las empresas de áridos, y al incumplimiento de las promesas para la sustitución del azud fijo de El Portal por una estructura móvil que permite regular la salida de agua hacia el mar.

Tras un repaso pormenorizado de los daños por zonas, cultivos y sectores ganaderos, así como a la situación de los pantanos, Coag lamenta la falta de medios con que cuentan los habitantes de La Greduela para reducir los efectos de las inundaciones. Coag anuncia igualmente que para paliar este “desastre” en un campo que ya atravesaba una importante crisis, va a solicitar todas las ayudas posibles, tales como ventajas fiscales, dotación de medios, arreglo de infraestructuras básicas...