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"Borrico sólo había uno, y fue de lo mejor que ha roto en Jerez"

  • El nieto de Tío Gregorio apenas lleva dos años dedicado al cante, una profesión que respeta pero con la que busca su sitio

Manuel Fernández ‘El Borrico’ posa para Diario de Jerez después de la entrevista.

Manuel Fernández ‘El Borrico’ posa para Diario de Jerez después de la entrevista. / Manuel Aranda

Manuel Fernández Carrasco 'El Borrico' (Jerez, 1970) está de moda. Apenas lleva dos años dedicándose profesionalmente al cante pero ya empieza a sonar con asiduidad en los círculos flamencos. Nieto del conocido cantaor, el jerezano pisa fuerte pero con la consistencia de alguien que sabe de dónde viene y hacia dónde va.

-Tiene usted 46 años, ¿por qué ha tardado tanto en cantar de manera profesional?

-Cosas de la vida, diría yo. Yo me subí por primera vez a un escenario con 18 años. Fue en un Viernes Flamenco en el parque de la feria con Antonio Jero a la guitarra. Luego me llamaron para cantar en la Peña de Camarón y en la Fuente del Gallo, donde estuve con la Niña Pastori, que tenía 7 años. Después de eso me casé y me fui a la sierra norte de Sevilla a vivir, y a partir de entonces, apartado de todo. Hace nueve años me separé, regresé a Jerez y empecé de nuevo a cantar, aunque profesionalmente lo llevo haciendo desde hace dos años.

-¿Y por qué esa decisión?

-Sobre todo porque mi actual mujer me animó, y me convenció de que yo podía comer del cante. Así ha sido todo. Recurrí a Antonio Jero, que aparte de acompañarme por primera vez cuando canté con 18 años, había empezado a tocar con 'pupá' Borrico. Fíjate, 45 años después, toca ahora con su nieto. Para mí, Antonio es un pilar importante, porque me da buenos consejos, me riñe cuando me tiene que reñir y la verdad es que me siento con él muy a gusto. También me asesora mucho mi tío Pepe El Zorri, que era amigo de mi padre y me trata como un hijo. Es un fenómeno y va siempre a la verita mía.

-Porque su cante, ¿es aprendido o de lo que ha escuchado?

-A mí gracias a Dios nadie me ha enseñado, lo que sé es lo que he vivido y he visto en mi casa. Los cantes básicos de Jerez los he aprendido yo, aunque en otros como la granaína o malagueñas he tenido el apoyo de Antonio Jero, que me aconseja bastante.

-Usted comenzó llamándose Manuel Fernández y ahora le ha añadido 'El Borrico'. ¿Cuestión de márketing?

-Es verdad, comencé llamándome así pero ha sido la propia gente la que me ha puesto 'El Borrico'.

-Porque usted es nieto de Tío Gregorio...

-Sí, soy hijo de Joselete. Mi padre era uno de los hijos chicos del Borrico, que tenía cinco hijos, mi tía María La Burra que era la mayor, mi tío Gregorio, mi tía Isabel, mi pare Joselete y mi tía Luisa 'La Quera'. Mi padre era el segundo varón, pero fue de los primeros que se murió. Murió con 56 años.

-¿Y no se está echando demasiada responsabilidad con ese nombre?

-Si te digo la verdad, al principio me daba cosita que me llamaran así, porque pesa mucho, y uno quiere hacer honor a él, sé que mi abuelo lo está viendo desde el cielo, pero ya me he acostumbrado. Siempre digo que las comparaciones son odiosas y aunque me enorgullece cantar sus letras, no quiero que nadie espere que haga sus cosas, porque El Borrico era único. De hecho en muchos sitios me han puesto 'Borrico de Jerez' y me ha molestado porque 'Borrico de Jerez' sólo había uno.

-Pero no es fácil caer en hacer algunos giros con la voz...

-Sé que tengo muchos dejes de él e incluso gestos y expresiones. Hasta en la forma de sentarme me han dicho que me parezco. Mira, hace poco estuve en la peña Tío José de Paula y se subió conmigo el tío Rancapino. Hubo un momento en que lo vi emocionado y le pregunté, '¿qué te pasa?'. Y me dijo que había hecho un gesto de mi abuelo. 'Te has limpiado la boca después de cantar y luego te has limpiado los ojos y eso lo hacía tu abuelo Gregorio', me dijo. Son cosas que van en los genes y yo creo en eso. De mi familia, quien más se parecía a mi abuelo era mi tío Gregorio pero quien más gestos hacía de él era mi padre.

-Ahora se gana la vida del cante, pero antes, ¿a qué se dedicaba?

-Menos montar en globo he hecho de (risas). He trabajado en el campo, con ganao bravo, de seguridad, de camarero....He pasado muchas fatigas para criar a mis hijos, me he visto muy solo, con muchos problemas, pero bueno, aquí estoy. Dicen que en el cante hay que pasar fatigas para cantar bien, y en eso estoy de acuerdo.

-Y encima durante casi veinte años fuera...

-Eso cuesta. Vivir fuera de Jerez es muy duro, cualquier persona sale de su tierra y le cuesta pero yo creo que a los jerezanos más. Yo he llorado más de una vez cuando escuchaba cantar a alguien de Jerez. Con decirte que cuando estaba en la sierra me iba a las fincas cada vez que iba a cantar gente de Jerez. Allí tienen fincas Mario Conde o González de Caldas, Rocío Jurado, que tiene allí la famosa finca 'Yerbabuena', y el mayoral de una de ellas, Rafael, que es de Jerez, me llamaba cada vez que iban a cantar El Torta, Capullo, Agujetas.... Para mí eso era vida.

-En estos dos años que lleva dedicados al cante, ¿qué es lo que más le está costando? Porque usted pertenece a una saga, que suele pesar, tiene una edad...

-Para mí lo más difícil del mundo ha sido darme a conocer. Como en todo, hay que tener contactos, ya no sólo en Jerez sino fuera y eso cuesta. Es cuestión de ir poco a poco, y por ahora no me puedo quejar, he cantado en varias peñas en Jerez, en La Peña Don Antonio Chacón, Tío José de Paula y ahora esta semana voy a Terremoto. La semana pasada estuve en Madrid en las 'Noches de los Ángeles', donde era la primera vez que repetía artista, y la gente salió muy contenta.

-¿Y se puede vivir del cante hoy día?

-Se malvive, diría yo. Si hablamos de Jerez el cante está muy mal pagado y se aprovechan de las fatigas de las criaturas. Debería ser al revés, que aquí, porque el flamenco es una de nuestras señas, tendría que estar mejor pagado. Soy de los que pienso que eso de ir a las peñas y a los sitios gratis no es lo más idóneo, se debería cobrar algo simbólico, pero cobrar, si no, parece que no se valora.

-Por sus palabras, tiene las ideas muy claras de lo que quiere...

-Mira, mi meta es que la gente me llegue a apreciar y querer la décima parte de lo que quisieron a mi abuelo, eso y poder más o menos vivir de esto. No quiero grandezas ni riquezas, pero sí me gustaría que mi nombre se apunte en ese libro de toda esa gente que ha defendido el cante de Jerez.

-¿Y no le da miedo ir tan deprisa?

-Yo considero que no voy deprisa. Voy paso a paso, porque sé que todo tiene su tiempo. Hay mucha gente que me dice que grabe un disco pero yo no lo creo así, llevo sólo dos años cantando delante y necesito todavía un rodaje.

-Antes ha hecho referencia al cante de su gente, de los Fernández. ¿Cómo lo definiría?

-El cante de mi gente es el cante de siempre, el de Jerez. A mi abuelo le preguntaban 'Gregorio, ¿usted qué cante hace?' Y él decía, 'yo hago el cante de los gitanos, por soleá, por seguiriyas y por bulería' y ahí se quedaba. Luego, no era así, porque él cantaba por tarantos, por alegrías, por tientos-tangos...Mira, hace poco estuve en Sevilla en 'La casa de la memoria' que regenta una mujer ya mayor. Me contó que la primera vez que mi abuelo cantó en Granada lo llevó ella. Me dijo 'cuando empezó a cantar por granaínas mucha gente se sorprendía'. Es un ejemplo más porque él dominaba también la granaína y la malagueña, pero luego decía que sólo sabía tres cantes.

-O sea que usted no se quiere quedar en los cantes de siempre...

-Claro que no. Hay que adaptarse a los tiempos y ser polivalente. Eso sí, siempre respetando la tradición porque hoy día cuando se habla de flamenco se encuadran cosas que no tienen nada que ver con él. El flamenco es el cante nuestro puro de raíz y hay que intentar que algunos de los que se hacen poco se recuperen, como por ejemplo pasa con los cantes de trilla, que Fernando de la Morena hace de maravilla.

-Eso quiere decir que usted no cantará nunca uno de esos temas comerciales que, por ejemplo, han hecho famoso a José Mercé...

-Hombre, nunca puedes decir de este agua no beberé ni este cura no será mi padre (risas). Mira, hace poco me hicieron cantar por colombianas, que nunca había hecho en público. Cuando terminé, José Luis Gálvez, que es una persona entendida de esto, me dijo que habían sido 'las colombianas más gitanas que he escuchado en mi vida' (risas).

-Es igual que el mito de la petenera y los gitanos...

-Mira, la petenera es un cante que a mí personalmente me gusta, pero yo cuando voy a Paterna es para jartarme de sopa de tomate (risas).

-Ha dicho antes que ha estado casi veinte años fuera de su tierra. Ahora que ha vuelto, ¿qué encuentra de diferente?

-A mí hay una cosa que me ha marcado y es que antes iba por la calle y nadie me decía ni los buenos días. Y ahora, por todos sitios que voy me va saludando gente que ni conozco. Me están saliendo primos postizos, como yo digo. Jerez es así, para lo bueno y lo malo, o te hunden o te ponen en el altar al lado del Prendi.

-Para terminar, ¿cree que Gregorio 'El Borrico' ha sido reconocido en su tierra?

-Yo creo que en su momento no, con decirte que a su entierro no fue nadie del Ayuntamiento. Últimamente, un poco más porque le pusieron una calle en la feria. Él dejó una semilla y una forma de cantar y sentir y hay muchos aficionados que ha sido de lo mejor que ha roto en Jerez. Hasta El Torta lo decía a boca llena.

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