“Mejorar las habilidades comunicativas de los menores modifica sus hábitos de comportamiento”

Cada 6 de marzo se conmemora el Día Europeo de la Logopedia, una jornada cuyo principal objetivo es aumentar la conciencia pública sobre La diversidad de trastornos de la comunicación y de cómo es posible mejorar considerablemente la salud y la calidad de vida de las personas al ayudarles a desarrollar sus habilidades comunicativas. Uno de los ámbitos donde es posible comprobar más directamente los beneficios de la logopedia es en la Atención Temprana.

Por ejemplo, el Centro de Atención Infantil Temprana del Hospital San Juan Grande cuenta con un equipo de cuatro logopedas y uno de los principales objetivos que se establecen es lograr que el menor se comunique con su entorno de manera adecuada.

“Cuando los niños no saben manifestar sus necesidades o deseos recurren a las rabietas, los gritos e incluso el comportamiento violento", explica Cristina del Rey, logopeda de San Juan Grande. Estos malos hábitos suelen generar mucha ansiedad en las familias e, incluso, problemas de integración y convivencia en el entorno escolar.

Por ello, "resulta muy gratificante comprobar cómo progresan y cambian sus actitudes cuando van aprendiendo a manifestar por ejemplo que tienen sed, que están cansados o que se aburren”. Y, en la medida en que los padres comprueban que son capaces de entender las necesidades de sus hijos, disminuye asimismo la carga de ansiedad y mejora considerablemente la convivencia.

Marta Quevedo, otra de las logopedas del equipo, destaca lo estimulante que resulta sentir que tu trabajo sirve para ayudar a los demás en algo tan necesario y tan básico como es “expresar lo que sientes. Somos seres sociales y nos relacionamos con el entorno a través de la comunicación, ya sea oral o de otro tipo, como gestual, de signos, etc. Por eso, ayudar al niño a que desarrolle habilidades para expresar sus necesidades de tal forma que los demás le entiendan es primordial para facilitar su desarrollo”.

La mayoría de los padres de niños con trastornos de neuro-desarrollo plantean el hecho de que el niño no hable como uno de los principales problemas a solucionar a través de la intervención en un centro de Atención Temprana como el de San Juan Grande.

A este respecto, María Elisabeth Pulido destaca que hay que tener en cuenta que comunicarse no sólo es hablar. “Estimular el habla es, sin duda, el principal objetivo a conseguir, pero en ocasiones el simple hecho de lograr que el niño señale con el dedo, escoja un pictograma o tome de la mano a su madre para llevarle hasta la nevera suponen todo un avance en el modo en que el niño aprende a comunicar sus necesidades. Las herramientas de comunicación van más allá de la expresión oral”.

Por otra parte, Carmen Lorente resalta la importancia de que la Atención Temprana sea “lo más temprana posible. Está demostrado que cuanto antes se inicie la estimulación, mejores son los resultados. Hay que tener en cuenta que lo fundamental de nuestra aportación no es el trabajo que se desarrolla durante la hora de sesión en el centro, sino las pautas que ofrecemos a los padres para afrontar las actividades cotidianas. El verdadero trabajo se desarrolla en el entorno natural del niño; por eso, cuanto antes aprendan los padres a comprender su comportamiento y a prever sus reacciones, menores serán las situaciones de conflicto”.