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Retrato de Felipe González de Hernán Cortés

  • Obra expuesta en la muestra CORTÉS en el Centro UNICAJA de Cádiz

RETRATO DE FELIPE GONZÁLEZ de Hernán Cortés

RETRATO DE FELIPE GONZÁLEZ de Hernán Cortés

Retrato de Felipe González. Ex Presidente del Gobierno de España.

El retrato ha sido una de las formas de expresión más repetidas a lo largo de la Historia. En todos los lugares y en todas las épocas se ha querido dejar constancia de la imagen de una persona con objeto de que su recuerdo perdurase y llegase a las generaciones venideras. Hay que decir, no obstante, que el retrato pintado ha ido perdiendo protagonismo, sobre todo, desde que la fotografía adquirió la importancia que hoy tiene. Sin embargo, todavía, podemos encontrar algunos buenos retratistas, siendo el gaditano Hernán Cortés, uno de sus máximos realizadores.

La obra que nos ocupa es el retrato que le hizo al que fuera Presidente del Gobierno de España, Don Felipe González Márquez. La pieza nos presenta a una persona madura, serena, de perfil y con el pelo encanecido, en clara actitud pensativa. La fidelidad con el modelo es total y absoluta y define, por tanto, una de las primeras características exigibles a un retrato. El autor describe perfectamente la figura del político. Éste, aun en esa posición reflexiva, aparece totalmente relajado; la vista mira a un horizonte indefinido; lo que acentúa esa actitud de reflexión.

En la obra el artista utiliza pocos elementos pictóricos; plantea la representación con muy pocos colores y estos dibujan más que pintan; sólo hay un guiño colorista a la camisa celeste; lo demás son colores tierras que marcan claramente las líneas definitorias del personaje con claras, rotundas y tremendamente expresivas. Las texturas de la tela del traje están perfectamente acondicionadas. La mano izquierda reposa semiabierta sobre el mentón, lo que acentúa esa actitud de concentración del personaje; el brazo derecho se apoya indolente sobre el sillón, dejando que la mano caiga relajada. Muy importante es el tratamiento de los fondos del cuadro.

La figura sobresale majestuosa de una espacios neutros mínimamente representados. La pantalla del ordenador y el ratón del mismo ocupan la parte derecha de la obra, posados sobre una mesa muy poco definida; en la otra parte, detrás de la imagen, un periódico usado sirve de contrapunto a los otros elementos. Todo ello forman un conjunto muy sutil que viene a potenciar la realidad descrita del retratado. La forma circular de la obra establece una nota diferente. Al mismo tiempo, el artista sabe captar perfectamente esa concentración del político; parece como si la tremenda responsabilidad del Presidente estuviese latente en el conjunto de la obra. No se aprecian claramente los ojos tras las gafas pero el propio perfil y la actitud serena y concentrada define la intensidad del momento.

Estamos ante un retrato que descubre la realidad física del representado, pero, al mismo tiempo, nos introduce en su abrumadora personalidad, dejándonos entrever los infinitos asuntos en los que debe pensar un personaje como el que protagoniza la obra, ejemplo clara del nuevo sentido que Hernán Cortés imprime al difícil género del retrato.

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