Elecciones municipales

El ostracismo andalucista

  • El otrora feudo jerezano del andalucismo sucumbió a la par que su único pilar, Pedro Pacheco

  • Andalucía Por Sí solo obtuvo 735 votos el 2-D, el peor resultado de una formación andalucista en Jerez

Acto del PA en San Mateo en 2014.

Acto del PA en San Mateo en 2014.

Para bien y para mal, la historia del andalucismo en Jerez ha estado vinculada a Pedro Pacheco. Vivió sus momentos gloriosos junto al ex regidor; las escisiones internas del partido se escenificaron con la correspondiente fluctuación del voto en función de la marca que respaldara Pacheco; y empezó su decadencia a la par de la caída de quien llevó el timón del Ayuntamiento durante 24 años.

Desde 2011 no hay un andalucista sentado en el salón de plenos del Ayuntamiento. Y en las pasadas elecciones autonómicas la formación heredera del PA, Andalucía Por Sí, apenas logró 735 votos, el peor resultado de una formación con apellido andalucista en Jerez.

Se podrá alegar que el andalucismo político no solo estuvo representado en la pasada cita electoral por Andalucía Por Sí. Es cierto. Otras dos formaciones que también se sustentan en el ideario andaluz como son Primavera Andaluza e Izquierda Andalucista fueron en coalición con Podemos e Izquierda Unida bajo la marca Adelante Andalucía; pero su peso en la coalición es minoritario. También concurrió otra formación histórica, Nación Andaluza, que apenas obtuvo 181 sufragios. Ninguna de ellas a día de hoy está en una posición de aspirar a recuperar algo del feudo perdido.

Andalucía Por Sí cuenta con estructura en Jerez —en el verano de 2017 se conformó la gestora local — y su intención es la de presentar una candidatura para las municipales de mayo. Su objetivo es simple: conseguir el 5% de los votos que le permita acceder al reparto de ediles, un objetivo que se complica aún más en unos comicios atomizados donde no se descarta que haya hasta una decena de candidaturas

Su mayor hándicap, que no el único, radica en que el discurso andalucista no murió con la desaparición del PA pero lo condenó a un largo ostracismo y a una pesada irrelevancia que solo el tiempo dirá si acaba siendo eterna. Nadie hasta el momento ha logrado encontrar el camino de la redención.

El andalucismo político nunca fue una corriente arraigada en la sociedad andaluza. Cuando tuvo peso en las instituciones fue más por el tirón de sus líderes, con un enorme personalismo, que por un convencimiento de una ideología. El hueco que tenía, y que nunca logró asentar, les fue arrebatado lentamente por las formaciones mayoritarias que abanderaron el autogobierno andaluz en el que se sustentaba. El PA se centró en sus purgas entre sus reinos de taifas que en fomentar una conciencia andaluza. Aquella fue su condena.

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