Que muchas empresas relacionadas con la construcción estén cerrando es un hecho indudable. Pero la crisis que azota el país no es el motivo por el que el taller de metalurgia Ruiz Lara, ubicado en el polígono industrial El Portal, esté apunto de cerrar sus puertas. Los empleados de este negocio denuncian que "los socios han propiciado que la empresa esté en la cuerda floja. Pero lo que no podemos permitir es que por este motivo llevemos dos meses y medio sin cobrar nuestros sueldos", declaró ayer a este medio el delegado de la empresa, Antonio Piña.

Los trabajadores creen que el problema viene "de una rencilla entre los socios, y a partir de ahí se han despreocupado mucho del negocio", relató Piña. La dirección de la empresa, que recae en Ricardo Mateos y Juana Lara, "ha dicho que no a muchos trabajos sin motivos", señaló Piña, quien recalcó que "las peleas entre ellos han pasado un poco al taller. Ricardo ya no se acerca a ver a los clientes, y eso perjudica mucho al negocio".

Desde principio de año los trabajadores tienen problemas a la hora de cobrar sus sueldos, pero al ser una empresa de "toda la vida" nunca creyeron que tuvieran que tomar medidas contra la dirección. Sin embargo, en estos momentos el taller "está en punto muerto y pensamos que están esperando a que nos aburramos", apuntó Sergio Vázquez, empleado del taller.

El pasado viernes los socios y uno de los gestores de la empresa comunicaron a los empleados que iban a terminar con la actividad. "Llegaron con las palabras muy bien aprendidas, pero a día de hoy no nos han presentado un papel de cierre", declaró Piña, quien apuntó que "nos han dicho que nos cojamos quince días de vacaciones. Pero no vamos a parar de trabajar, porque creemos que es una actuación para quitarnos del medio y no tener problemas a la hora de cerrar". El portavoz de la plantilla asegura que "es una situación de crisis creada por la dirección de la empresa, han estado perdiendo los plazos de entrega de los trabajos a conciencia. Pero sabemos muy bien cómo son los trabajos que realizamos y los clientes que nos llaman, pero los socios dicen que no hay facturación. Hasta el punto de que Ricardo nos ha llegado a decir, tras dos meses sin cobrar y enseñándonos un billete de cinco euros en la mano, que 'esto es lo que me queda'. Aquí hay muchas mentiras". Los trabajadores reconocen que si la empresa quiere cerrar "lo único que tienen que hacer es indemnizar correctamente, avisar con tiempo y pagar los sueldos que nos deben. Además, si lo hicieran de esa forma no tendríamos problemas en incorporarnos a la nueva sociedad", recalcó Piña, quien además apuntó que "lo hemos tenido que poner en manos de un abogado porque, tanto Ricardo como Juana, están jugando con los ingresos de muchos padres de familia".

Otro de los puntos que han denunciado son las condiciones en las que se encuentran a la hora de realizar sus tareas. "La nave está llena de chatarra, y esas no son condiciones para trabajar porque hay un riesgo de siniestralidad laboral tremendo. Por ejemplo, tenemos máquinas que no están en condiciones, otras que no tienen los puntos de seguridad puestos y clavijas pegadas porque están quemadas", relató el delegado. De hecho, hoy está previsto que se le haga una inspección de trabajo.

"Lo único que hemos cobrado en todo este tiempo son 680 euros y porque los empleados tomamos las riendas del asunto. Tras hablar con los socios decidimos vender parte de la chatarra que teníamos en la nave, así nos quitábamos el peligro en la nave y pudimos llevar algo de dinero a casa". Por ahora los trabajadores no tienen previsto realizar ningún tipo de movilización por los impagos de los sueldos. "Sólo queremos trabajar y somos muy conscientes de que sí hay faenas que podemos realizar. Lo que tienen que hacer los socios es mostrar un poco de interés por su empresa y pagarnos", reiteró el delegado.