Encuentro de dos Reinas basilicales
La procesión de la Virgen del Carmen tuvo este año un momento histórico con la llegada a la basílica de la Merced
Eran las siete y cuarto de la tarde cuando la comitiva carmelitana salía del maravilloso templo basilical de Nuestra Señora del Carmen que, como es tradicional en la ciudad, salía a las calles de Jerez con motivo de su festividad.
Muchos devotos con escapulario al pecho formaban parte de la comitiva. La devoción del Carmelo, afortunadamente, está teniendo un necesario revulsivo que están sabiendo aportar los nuevos dirigentes de la hermandad de damas y caballeros. Desde de la junta de gobierno que preside Jesús Salido, se trabaja por recobrar el brío de antaño. La ciudad hará el resto respondiendo a este maravilloso estímulo cargado de una devoción tan antigua y tan marinera que en Jerez siempre mantuvo gran raigambre.
En la recoleta plaza del Carmen se originaba todo esta maravilla de fervor mariano. Tan sólo atacar la banda de música del Maestro Tejera –que volvía a su casa y al lugar donde tantos años ha estado tras el paso de la Reina del Carmelo– la rampa se empequeñecía y la Virgen agrandaba su figura para que todo Jerez la disfrutara. El paso magníficamente exornado con flores blancas entrelazadas entre rosas, claveles y nardos. La Santísima Virgen vestida magistralmente con su hábito carmelitano mientras que el niño lucía una entrañable túnica de tisú blanco.
El itinerario ya marcó la excepcionalidad de la jornada. En lugar de que la Virgen revirara en la plaza del Clavo para Eguilaz, prosiguió su andar solemne tomando Tornería. La Virgen del Carmen iba a la búsqueda de la Patrona de Jerez en un encuentro histórico. El motivo, los ochocientos años de la realidad mercedaria en la Iglesia. Nunca jamás tuvo lugar este momento de unión en dos devociones tan jerezanas. Y así fue como la Santísima Virgen avanzó por Porvera, Ancha y Santiago. El paso llegó a la basílica y no cabía un alma ni dentro de fuera. Parecía como si Jerez entero quisiera estar presente ante el encuentro de dos Madres tan de la ciudad. Y llegó el paso y ‘reviró’ para entrar en la otra basílica. Nos narran las crónicas que la Virgen del Carmen pasó por la puerta de la basílica con motivo de la proclamación del Patronazgo de La Merced. Hoy, esta crónica sella y firma que hizo entrada en el templo.
Y por fin Jerez puedo observar este encuentro carmelitano con los hermanos mercedarios. Se miraron frente a frente, y pareció leer en la expresión de la Patrona lo mucho que se había hecho de rogar la Reina del Carmelo. Qué maravilla de encuentro, de devociones y de eclesialidad.
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