Estímulo ante las vacaciones

Reflexiones sobre psicología

Madurar hacia una mayor autonomía es el principal objetivo de la educación

26 de mayo 2009 - 01:00

Después de un duro año de trabajo estamos deseando que llegue el periodo vacacional, irnos a la playa o a la sierra buscando tranquilidad y descanso, si es lo que nos ha faltado durante el año. Si por el contrario hemos tenido un año cargado de tranquilidad y sosiego, posiblemente hagamos un turismo más de asfalto, visitando grandes ciudades que nos oferten una amplia gama de posibilidades tanto culturales como de ocio.

Con frecuencia pensamos que lo que es bueno para los adultos lo es también para los niños. Tendemos a utilizar también este razonamiento cuando tratamos de adivinar qué es lo que necesita otra persona. El razonamiento suele ser "¿qué necesitaría yo en su lugar?", obviando así, que las necesidades, deseos y preferencias de los otros no tienen por qué coincidir con las propias. Del mismo modo, las vacaciones que necesitan nuestros menores no son las mismas que las que necesitamos los adultos. Ellos en cada momento evolutivo y en función del nivel de desarrollo individual necesitarán un tipo de actividad u otra para seguir evolucionando con normalidad. Para algunos de ellos probablemente tengamos que planificar alguna actividad deportiva que les permita mejorar su desarrollo psicomotor como pueden ser fútbol, tenis, baloncesto, baile, natación, hípica, vela o golf. No debemos infravalorar este tipo de actividades, ya que son ideales para mejorar la maduración de una de las áreas fundamentales del desarrollo que es el área motora, que además puede tener una importancia crucial en la adquisición de otras habilidades e incluso en el desarrollo de la personalidad, a través de la mejora de la confianza y seguridad en sí mismos al realizarlas cada vez con mayor facilidad y eficacia.

Otras de las áreas fundamentales de desarrollo es la del lenguaje, si el menor ha presentado dificultades durante el curso en esta área será conveniente buscar actividades que ayuden a potenciar su desarrollo. Algunas de estas actividades pueden ser la lectura en casa, escribir cuentos o canciones, acudir a cursos de animación a la lectura, grupos de teatro, academias de idiomas o incluso estimular el uso de juegos relacionados con el lenguaje como pueden ser algunos de los de mesa en los que el niño tiene que conocer el significado de algunas palabras o hacer que su compañero adivine la palabra secreta sin utilizar unas ciertas palabras fijadas por las normas del juego.

El área cognitiva del desarrollo de los menores, requiere una valoración más específica, para, en función de sus necesidades, buscar actividades que sirvan a los menores para desarrollar actividades de atención, de memoria, de cálculo, formación de categorías o planificación entre otras.

Por último, también podemos aprovechar este periodo de vacaciones para mejorar el área social del desarrollo, que implica las habilidades para relacionarse con otras personas, por lo que cualquier actividad realizada en grupo puede ayudar a su estimulación y mejora. Pero dentro de esta área también se incluyen todas las habilidades de autonomía y aprendizaje de hábitos de auto cuidado, de forma que también puede utilizarse este tiempo para empezar a aprender y asumir ciertas responsabilidades de aseo personal, de tareas del hogar, cuidado de las mascotas, permitiéndoles así madurar hacia una mayor autonomía e independencia que al fin y al cabo es el principal objetivo de la educación.

Buenas o malas, cuestión de elegir.

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