Fracasa el último intento por evitar la huelga indefinida de autobuses
El comité de Urbanos mantiene los paros a partir del próximo lunes en desacuerdo con la propuesta de la empresa, que ofrece un calendario de pagos a partir del 13 de febrero
El encuentro que ayer mantuvo el comité de Urbanos Amarillos y la empresa en el Sercla no logró frenar la huelga indefinida que los trabajadores han convocado a partir del próximo lunes día 30. De nuevo, tras los paros del pasado año que se prolongaron durante once semanas, la ciudad se ve inmersa en un conflicto que le dejará sin autobuses urbanos. El portavoz del comité, Ángel Morales, señaló ayer, tras la reunión del Sercla, que "desgraciadamente, tenemos que ir a la huelga. Sabemos que es una medida impopular, pero no nos dejan otro camino. La misma empresa nos empuja a tomar este camino". Los servicios mínimos establecidos son de un autobús por cada línea, excepto las líneas 8, 9 y 10, que tendrán dos, al tratarse de los recorridos que llevan al hospital.
La oferta que presentó ayer la empresa al comité no convenció a los representantes de los trabajadores, a los que se les adeuda dos nóminas (noviembre y diciembre) y la 'extra' de Navidad. En definitiva, Urbanos Amarillos proponía un calendario de pagos que consistía en abonarles entre el 6 y el 13 de febrero el salario de noviembre y la 'extra'. "Conociendo a esta empresa, estamos seguros que sería el día 13 y a 27 de enero como estamos, no se nos puede pedir que estemos otros quince días pasando necesidades", lamentó Morales. En cuanto al resto de los pagos, la empresa se comprometía a hacer efectivo entre el 16 y el 17 de febrero el abono de la mitad de diciembre y entre el 23 y el 24 de ese mes el resto de esa nómina, mientras que para el cobro del salario de enero, los trabajadores tendrían que esperar a marzo, entre el día 5 y el 9. "Aun aceptando este calendario, nos encontraríamos que a esa fecha nos deberían ya febrero", incidió Morales. Pero, sobre todo, lo que ha motivado la decisión de mantener la huelga ha sido "no ver por parte de la empresa un gesto. Si al menos hoy nos hubiese pagado una nómina, pero no puede venir y pedirnos que sigamos otros 15 días sin comer. Esperábamos un poco más de la empresa y también del Ayuntamiento, un poco más de presión hacia Urbanos Amarillos. Tenemos que pagar recibos y a algunos compañeros les va a costar la salud, sobreviven con la ayuda de las familias, pero éstas ya tienen recursos limitados".
Morales recordó que la huelga, convocada en principio para el periodo navideño se ha ido posponiendo como muestra de buena voluntad por parte de la plantilla de los autobuses, al objeto de no perjudicar a los ciudadanos y al comercio. "Hemos dado muestras de flexibilidad y sentimos las molestias que podamos causar pero no estamos pidiendo nada extraordinario, sólo que nos paguen nuestros salarios".
El representante del comité de Urbanos insistió en que "nuestro deseo siempre ha sido no tener que llegar a la huelga", pese a que a estas nóminas atrasadas hay que sumar la deuda de entre 5.000 y 7.000 euros por trabajador (dependiendo de la antigüedad) que aún no han cobrado de la anterior concesionaria, Cojetusa.
Con el paso de los meses, desde que la nueva empresa se hizo con la concesión del transporte urbano, las críticas del comité hacia Urbanos Amarillos han ido en aumento. "Ellos sabían la situación en la que estaba el Ayuntamiento antes de coger la concesión, sabían que había una plantilla con la que hay que cumplir y si no podían hacer frente, no pueden poner siempre la excusa de que no les paga el Ayuntamiento". A todo ello se une, como han denunciado en repetidas ocasiones, el lamentable estado en que se encuentra la flota de autobuses ante la ausencia de labores de mantenimiento y repuesto de piezas.
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