El G-20 se pone campero
A pie de campo
El campo está de moda, a veces a su pesar, como el caso de la crisis del E.Coli y otras, para satisfacción del sector viene en su beneficio. La teoría del péndulo tiene esas cosas, que se repite, y si a principios de 2010 se habló de campo, con motivo de la presidencia española de Europa, ahora, se habla y los interlocutores son nada menos que los ministros de Agricultura y otros invitados del G-20. Casi ná al aparato.
Resulta que los países emergentes e industrializados han dedicado la jornada de ayer y la de hoy a hablar sobre agricultura. Algo tendrá el agua cuando la bendicen. Cierto es que se puede especular y reflexionar sobre por qué en toda la historia del G-20 -llevan 12 años reuniéndose- nunca habían dedicado las charletas al sector agropecuario. Este año sí. Tal vez porque sigue habiendo un 20 por ciento de la población que tiene hambre y la solución pasa directamente por las manos de los agricultores y ganaderos que producen un bien de primera necesidad.
Otra de las razones, puede acercarse a que los grandes brokers, esos gurús de las bolsas, están últimamente poniendo su diana en los productos agrarios. O bien, porque uno de los que pinta, Nicolas Sarkozy, el presidente francés, está preocupado por la volatilidad de los precios, peligro que se ha visto incrementado por la destrucción de los organismos protectores que regulaban el mercado. Para analizar la motivación de Sarkozy hay que recordar que, recién estrenado su cargo, allá por el 2007, el francés dijo públicamente: "No es algo que se añore, la agricultura no es solamente una tradición. La agricultura no representa el pasado; la agricultura está en el centro de los retos que debe superar el Planeta durante este siglo". Lo está llevando a raja tabla y está utilizando todos los foros para insistir en el carácter estratégico del sector. No como otros y a ver si los que vienen no necesitan tantos argumentos para reconocer la obviedad de que el sector agrario importa.
Sabedor del poder de la agricultura en el futuro, ha puesto a hablar a los que cortan el bacalao y la lista de los que intervienen en el G-20 da hasta vértigo. Aunque no se esperan grandes conclusiones porque esta reunión -exclusiva de los ministros de Agricultura- es previa a la que se otra reunión del G-20 pero centrada en los ministros de Economía ya la cumbre anual de presidentes que se celebrará en noviembre, como no, en Francia. Lo destacable es que los grandes países están tratando el tema agrario.
Ojalá el sector se vea fortalecido, después de tanto años de olvido.
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