El Rebusco

La Guerra de la Independencia y el jerez

  • Hechos y figuras. Un imaginario que se perpetua en el etiquetado del vino y el brandy

La defensa de Zaragoza, de Miguel Navarro Cañizares, en una etiqueta de Fuentes Parrilla.

La defensa de Zaragoza, de Miguel Navarro Cañizares, en una etiqueta de Fuentes Parrilla.

Para hacernos una idea de lo que ocurrió en Jerez durante la ocupación del ejercito napoleónico hay que consultar los libros de Felipe Alonso del Puerto, ex-coronel del ejército, y especialista en la materia.

En sus libros, ‘Los franceses en Xerez. La Prefectura’ (2008), y ‘Jerezanos contra Napoleón’ (2013), Alonso ha documentado con detalle lo acontecido durante los dos años que permanecieron en nuestra ciudad, entre 1810 a 1812.

Sin embargo, poco se ha escrito de ese consumo desmedido de vino por parte de la tropa invasora asentada en la zona que, según se dice, acabó con buena parte del almacenado en muchas bodegas de la comarca. A la cabeza de esos buenos aficionados al jerez estaba el mismo mariscal Soult.

Por su parte, el nuevo rey impuesto por Napoleón, su hermano José I, se ganó, tal vez inmerecidamente, el mote de ‘Pepe Botella’.

Dibujo satírico dedicado a José I, Pepe Botella. Dibujo satírico dedicado a José I, Pepe Botella.

Dibujo satírico dedicado a José I, Pepe Botella.

Muy difundido fue aquel grabado que circulaba por Madrid, donde se mostraba a José I orando dentro de una botella de vino media llena. La composición se acompañaba de una coplilla encabezada con el título ‘Cada cual tiene su suerte, la tuya es de borracho hasta la muerte’: En la ermita de Baco arrodillado / Jose-pillo se muestra fervoroso, / Y con el eco dulce y armonioso / Se queda cada vez más elevado: / Triste se mira por que no ha logrado / Que su garganta pruebe el generoso / Agradable licor, y humildemente / Suplica, qual verás en la siguiente. / ¡Oh Madre del licor, mi protectora! / No desprecies la suplica, ni el ruego / De este tu fiel devoto, que te adora / Y que por ti fallece de amor ciego: / Ya ves, Madre amorosa que no llego / Con el labio al licor que me enamora; / Cubridme sin tardanza, la cabeza / De Malaga, Xerez, Tinto y Cerbeza.

No olvidemos que este monarca estuvo en Jerez entre febrero y marzo de 1810. Para la ocasión se alojó en el desaparecido palacio de los marqueses de Álamos del Guadalete. Aquí daría buena cuenta de algunas soleras escogidas para la ocasiónSe sabe también que el gran corso tenía buen gusto por los vinos, lo que queda patente en la noticia aparecida en el 2015, cuando la casa de subastas londinense, Christie, vendió por 25.000 libras una excepcional botella de vino encontrada en el equipaje de Napoleón cuando este huía del campo de batalla de Waterloo. Según los expertos, la botella, que aún conservaba parte de su contenido, era de vino de Jerez.

Sobre la representación de la Guerra de la Independencia en el etiquetado de los vinos y brandies del Marco hay que consultar los imprescindibles trabajos de la historiadora sanluqueña Ana Gómez, concretamente el folleto publicado en el 2008 por la Oficina del Bicentenario, ‘Guerra y libertad en los vinos del Marco de Jerez’.

Los que lo bebieron en su origen

Botas dedicadas a Napoleón y Nelson en las bodegas Fundador. Botas dedicadas a Napoleón y Nelson en las bodegas Fundador.

Botas dedicadas a Napoleón y Nelson en las bodegas Fundador.

Los hermanos arcenses, José y Jesús de las Cuevas, recogieron algunos datos curiosos de ese periodo histórico en su más que documentado libro ‘Vida y Milagros del Vino de Jerez’ (1979). Entre su material gráfico hay una foto de tres botas dedicadas al primer ministro inglés, Fox, a Nelson y a Napoleón.

Esa misma bodega, las actuales Fundador, guardan en su zona noble otras botas con nombres que nos devuelven los ecos de aquellos tiempos tan convulsos: Pitt, Wellington, y el mismo Fernando VII, que en 1823 visitaría Jerez y las bodegas mencionadas.

Tanto Domecq, para un oloroso, como Osborne, para un brandy, dedicaron sendas etiquetas a tan nefasto rey. La segunda adaptaba el retrato que del monarca español hizo el pintor de cámara Vicente López.

El cónsul inglés, Jacobo Arturo Gordon, actuaría como anfitrión de destacados personajes de esta historia, entre ellos el aventurero y escritor Lord Byron, el general Wellington y el político William Jacobs, este último autor de un libro de viaje titulado ‘Travels in the South of Spain. Letters witten A.D. 1809-1810’ (1811).

Aunque no se alojó en casa de Gordon, el oficial inglés, Alexander R. Ch. Dallas, escribió en sus memorias unos interesantes comentarios de Jerez y sus gentes a su paso por la ciudad en 1812.

El mismo Pérez Galdós se inspiraría en la figura de Byron para su personaje de Lord Gray en su Episodio Nacional, Cádiz. Aquel que diría aquello de: ‘Si Dios no hubiese hecho Jerez, ¡cuán imperfecta sería su obra!’.

El jerez se hace presente en otros tres Episodios Nacionales dedicados a esta contienda: ‘Trafalgar’, ‘Napoleón en Chamartín’ y ‘La batalla de Arapiles’.

Como hemos dicho, Lord Wellington sería otro de los agasajados por Jacobo Arturo Gordon en su casa de la plaza de San Andrés. Se decía que el general dormía con las botas puestas ante el temor de la llegada inminente de los franceses.

Wellington en Jerez, dibujo de Linley Sambourne en Sherryana. Wellington en Jerez, dibujo de Linley Sambourne en Sherryana.

Wellington en Jerez, dibujo de Linley Sambourne en Sherryana.

Como material gráfico hemos escogido una de las ilustraciones del libro de Frederick Williams Cosen, un bodeguero inglés afincado en la ciudad y autor de una curiosidad bibliográfica publicada en 1887, ‘Sherryana’.

Para ello contó con la colaboración del artista Linley Sambourne, que reproduce una simpática escena en la que el general, a caballo, bebe una copa de oloroso ofrecido por la cantinera del regimiento. El texto indica: ‘The duke at Xeres’.

La batalla de Ciudad Rodrigo en una etiqueta de Bodegas Internacionales. La batalla de Ciudad Rodrigo en una etiqueta de Bodegas Internacionales.

La batalla de Ciudad Rodrigo en una etiqueta de Bodegas Internacionales.

Sobre este personaje hemos localizado cuatro etiquetas de vinos y brandies: la de las bodegas Domecq, bodegas Hidalgo, de Sanlúcar, con un retrato del militar basado en el cuadro de Thomas Lawrence, la gama de vinos de Bodegas Internacionales con la silueta en negro, adornada la cabeza con su gorro de oficial, y la de la misma compañía para el brandy Duque de Ciudad Rodrigo, con un dibujo de batalla obra de Rafael Virués.

De lado francés destaca el cirujano y patólogo Joseph-Victor Broussais. Crítico de las ideas médicas tradicionales, su influencia revolucionaría la medicina. Llegaría a Jerez en febrero de 1810, como miembro del ejército de Soult.

El médico del ejército imperial francés, Broussais, divirtiéndose en Jerez. El médico del ejército imperial francés, Broussais, divirtiéndose en Jerez.

El médico del ejército imperial francés, Broussais, divirtiéndose en Jerez.

Durante su estancia en Jerez mandó imprimir un opúsculo de 36 páginas, titulado ‘Carta a los Sres. Cirujanos Mayores de los Regimientos del Primer Cuerpo del Ejército Imperial del sur de España: Sobre el servicio de sanidad interior de los cuerpos del ejército’(1811). Firma también la obra como coautor el cirujano principal del mismo ejército Gabriel-Pelerin Mocquot.

La Biblioteca Municipal de Jerez dispone de un ejemplar de esta rareza, y del que sólo existe otro localizado en una biblioteca médica de París.

Etiquetas con historias

La Guerra de la Independencia, conocida por los británicos como ‘Peninnsula War’, fue un hecho histórico crucial en el devenir de nuestro país. Nada sería igual después de finalizada la contienda. La imagen que de nosotros tenían en Europa cambió radicalmente, un hecho al que contribuyeron los viajeros románticos.La España oculta y misteriosa hasta ese momento se abrió tímidamente a los viajeros europeos, sobre todo ingleses y franceses.

Este imaginario se perpetuó en el tiempo, y las bodegas del Marco recurrieron a representar en su etiquetado hechos y figuras de aquel periodo, de las que hemos localizado unas 40, siendo Osborne la que ofrece una mayor variedad en este sentido.

La batalla de Bailen, de Casado Alisal, reclamo para el oloroso de Osborne. La batalla de Bailen, de Casado Alisal, reclamo para el oloroso de Osborne.

La batalla de Bailen, de Casado Alisal, reclamo para el oloroso de Osborne.

De su serie Independencia tenemos a la heroína de Zaragoza, inspirada en el cuadro de Marcos Hiraldez, y la ‘Defensa Parque de Artillería’, tomando la referencia de la obra de Joaquín Sorolla.

Con el nombre Bailen existen tres versiones: una textual, la de los trofeos de guerra, y la que se inspira en el famoso cuadro de Casado Alisal.

El dos de mayo, con Daoiz y Velarde, etiqueta de E. Librero. El dos de mayo, con Daoiz y Velarde, etiqueta de E. Librero.

El dos de mayo, con Daoiz y Velarde, etiqueta de E. Librero.

Sobre el levantamiento popular del dos de mayo, y los héroes Daoiz y Velarde defendiendo el Parque de artillería, tenemos cuatro etiquetas, el vino ‘La independencia', de Caviedes&Cia; la de Fuentes Parrilla, con la pintura de Sorolla de nuevo; el amontillado estilo oloroso viejo ‘Dos de Mayo’, de bodegas E. Librero, y el cognac de Luis Caballero, con el mismo apelativo de Dos de Mayo.

De Fuentes Parrilla es también ‘La Defensa de Zaragoza’, versionando la pintura de Miguel Navarro Cañizares; y de J. Villalba&Cia. el amontillado Trafalgar, con el rostro, de perfil, de Churruca sobre la enseña nacional.

Napoleón versus Nelson

Dos de las grandes figuras de esta historia, enemigos, pero nunca enfrentados en una batalla, fueron Napoleón y el almirante Nelson. Aunque Nelson murió en Trafalgar conociendo la épica victoria, en el terreno del etiquetado de las bodegas del Marco es Napoleón el que gana con ventaja, 13 frente a 6. La mitad de brandy la otra mitad de diferentes tipos de vinos.

La figura de Napoleón en una etiqueta de las bodegas M. G. Luque. La figura de Napoleón en una etiqueta de las bodegas M. G. Luque.

La figura de Napoleón en una etiqueta de las bodegas M. G. Luque.

Sobresalen dos, la de Osborne, con el retrato de Napoleón que reproduce la obra del ruso Vasili Vereschagin, conteniendo un jerez abocado para señoras; y la de las bodegas M. G. Luque con un Napoleón, silueta negra montado a caballo, para su cream of brandy, licor elaborado a base de las soleras del coñac Memorable, almacenados en Jerez y fundadas en 1911.

De la otra parte, la que discretamente lanzó Tradición en el 2005 con motivo del bicentenario de Trafalgar. Tan solo se hicieron 500 botellas, con una imagen clásica de la batalla naval.

Las bodegas Ruiz con su brandy Napoleón toma prestado el cuadro del pintor francés David Pedro Domecq y su añada 1730 lleva el nombre del gran estratega.

Hidalgo de Sanlúcar tiene su solera Napoleón, con la imagen de él.

El coñac emperador, de Fernando Mazorra, al igual que las de M. Gil Galán, Sautu y Cia., Valdespino, Delage, y B.M. Lagos.

Cuadro de la batalla de Trafalgar, y retrato de Nelson para el brandy de J.M. Rivero. Cuadro de la batalla de Trafalgar, y retrato de Nelson para el brandy de J.M. Rivero.

Cuadro de la batalla de Trafalgar, y retrato de Nelson para el brandy de J.M. Rivero.

Del lado inglés, una empresa de Sanlúcar comercializó una ginebra Nelson con el busto que pintó Sir William Beechy, al igual que Pedro Domecq sus tres cortados viejísimo, añada de 1810.

Cerrando con el clásico y magnífico brandy Trafalgar, de J.M. Rivero, imposible de encontrar. La etiqueta muestra una pintura de la batalla y el retrato que pintara Frrancis Abbot. La contraetiqueta cuenta las peripecias que vivió el vino, cuyas botas dieron personalidad al posterior brandy.

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