El envejecimiento progresivo de la población y la mortalidad a edades más avanzadas hace necesario que los profesionales médicos tengan cada vez un mayor conocimiento sobre la patología más habitual en el final de la vida, tanto en lo que respecta a sus características como a la evolución de los síntomas más habituales, con el objetivo de poder consensuar protocolos que dejen claros los criterios sobre el momento en el que los cuidados médicos de carácter curativo deben ser sustituidos por cuidados de carácter paliativo.

Esta es una de las principales conclusiones del congreso médico que profesionales de la Geriatría y de los Cuidados Paliativos han celebrado conjuntamente en Sevilla bajo el lema 'Mucho por hacer hasta el final' y en el que ha participado el director médico del Hospital San Juan Grande de Jerez, presidente de la Asociación Andaluza de Geriatría, Juan Carlos Durán.

Según datos recogidos por el Instituto Nacional de Estadística en 2021, en la ciudad de Jerez viven la actualidad más de 16.000 personas mayores de 75 años, lo que supone casi un 8 por ciento de la población. Los profesionales de la medicina consideran necesaria una mayor coordinación entre los ámbitos socio-sanitarios y clínicos, dado que es habitual que este segmento de población viva en una coyuntura social delicada, que requiere no solo de la intervención de profesionales de la medicina, sino también de otras áreas como la enfermería, la psicología o el trabajo social.

Según destaca el doctor Durán, las dos patologías más habituales en personas de edad avanzada son la demencia y la insuficiencia cardíaca terminal y cada una de ellas plantea unas necesidades diferentes de abordaje. “En el caso de la demencia, uno de los síntomas que plantea siempre más preocupación entre los familiares es la aparición de trastornos de conducta; y desde el punto de vista clínico algunos de los problemas que requieren de una mayor intervención médica son la disfagia (imposibilidad del paciente de alimentarse) y la inmunosenescencia" (incapacidad del sistema inmune de defender al organismo, por lo que se producen infecciones de repetición).

En cuanto a los pacientes aquejados de insuficiencia cardíaca terminal, una de las conclusiones de este congreso médico ha sido la necesidad de establecer índices de valoración pronóstica que permitan conocer la evolución de la fragilidad del paciente conforme avance la enfermedad. El objetivo fundamental es facilitar la toma de decisiones sobre el momento en el que los cuidados curativos deben ser sustituidos por los cuidados paliativos, para garantizar el confort del paciente en dicha etapa. “Asimismo, ha quedado constatada la importancia que tiene la atención espiritual en dichos momentos, por lo que se hace necesario conocer también esta dimensión de la persona para poder cubrir sus necesidades espirituales de acuerdo a sus valores”.

Por otra parte, según explica el geriatra del Hospital San Juan Grande, en este reciente congreso ha habido espacio para analizar las necesidades específicas de las personas mayores que viven en residencias. En este sentido se han compartido propuestas para favorecer que, llegado el momento, dichas personas puedan recibir los cuidados paliativos directamente en el lugar en que residen y poder así seguir siendo atendidas por el equipo de profesionales que ya conocen y por el que sienten confianza.

La Orden de San Juan de Dios, titular del Hospital y la Residencia San Juan Grande de Jerez, tiene como misión principal el cuidado y la atención con calidad y calidez hacia personas en situación de vulnerabilidad y a lo largo de los últimos meses está desarrollando a nivel nacional una campaña de concienciación contra la soledad no deseada, con el principal objetivo de visibilizar el aislamiento y exclusión social en que viven muchas de ellas, animándonos a realizar pequeños gestos que puedan cambiar esta realidad. La campaña, bajo el lema 'Monólogos de la vida misma', da voz a las personas mayores, uno de los segmentos de población que con más frecuencia manifiesta sentir soledad y no cabe duda de que el momento del final de la vida es un trance en que ese sentimiento puede verse agudizado.