Mejora de la enseñanza de la lectura

RECIENTEMENTE se ha celebrado el III Congreso Iberoamericano de AELE (Asociación Española de Lectura y Escritura) cuya conferencia inaugural corrió a cargo de Isabel Solé, profesora de la Universidad de Barcelona y referencia obligada en materia de lectura.

En su exposición, abordó distintos aspectos referidos a la lectura empezando por temas de comprensión lectora y de la relación entre lectura y aprendizaje. Manejando datos sobre la situación de esta disciplina en nuestro país, concluía en unas indicaciones para la mejora de los resultados en el aprendizaje de la lectura. Probablemente sean los cimientos para un buen Plan Lector de centro y por ello creo interesante la reflexión sobre los mismos a niveles de Claustro.

Ciertamente comenzó con la mejora de la lectura a nivel institucional desde donde se debe atender a aspectos curriculares y organizativos; a nivel comunitario donde se debe trabajar sobre equipamientos, redes lectoras y actuaciones sobre las familias; y a nivel de aula para atender los aspectos cognitivos y emocionales de la lectura.

A nivel de centro, y aquí entrarían las premisas para un plan lector, pedía que el colegio y el instituto se considerasen centros comprometidos con la lectura. A partir de aquí apuntó: promover la lectura es una finalidad básica de todas las etapas educativas; considerar la lectura como herramienta psicológica que permite transformar la información en conocimiento; hay que revitalizar la educación literaria replanteando su sentido, sus objetivos y su promoción; reivindicar el carácter central de la Biblioteca como centro de documentación, de conocimiento y de cultura; fomentar situaciones de enseñanza aprendizaje vinculadas a niveles instrumental y epistémico de la lectura; asumir que no se aprende a leer de una vez; aceptar su abordaje desde todas las áreas eligiendo los textos prototípicos de cada una y desarrollando los conocimientos necesarios para enfrentarse a ellos con éxito; considerar el centro como contexto letrado; ser modelos de lectores; actuar con toda la diversidad con la que se da el hecho lector: diversidad de textos, de objetivos, de tipos de lectura, de situaciones,…; cuestionar el carácter determinante d los libros de texto; asumir actuaciones colectivas de promoción de la lectura; asumir las diferencias personales entre cada lector y su proceso de lectura.

Los puntos para reflexionar están servidos.

José García Oliva. Especialista en literatura infantil y juvenil.